Renovarse o morir. Ese parece ser el lema que mejor define
al Colegio Público Ortega y Gasset. En 2010 un proyecto
impulsado por el especialista en Lengua Inglesa, Juan Carlos
Navarro, consiguió alzarse con el Sello de Calidad Nacional
eTwinning, una fórmula de hermanamiento escolar a través de
las tecnologías de la información y comunicación, en la que
también participaron países como Francia, Polonia, Turquía o
Rumanía, “era un proyecto relacionado con el medio ambiente
y las aves migratorias”.
Sin embargo, la apuesta por las nuevas tecnologías en este
colegio se mantiene firme. Desde hace tres años se ha
convertido en el centro piloto en Ceuta del programa Escuela
2.0. El Ministerio de Educación se encarga del montaje y
acondicionamiento de las aulas, así como la compra de los
ordenadores que utilizan los alumnos. El esfuerzo y
adaptación a estos nuevos recursos educativos ya es tarea de
los docentes.
El precursor en el colegio fue el actual tutor de sexto de
Primaria, Andrés Granados. Tras él fueron sumándose varios
profesores más. Uno de ellos, Francisco Pino, reconoce que
la edad del profesorado suele influir en que iniciativas de
este tipo lleguen a buen puerto, “si el docente es joven se
adaptará mejor, aquellos profesores a los que les queda poco
tiempo para jubilarse lo ven como una complicación más que
como una ventaja”.
Sin embargo, los beneficios saltan a la vista. Sólo hay que
observar la buena disposición de los más de 160 estudiantes
que hacen uso de los portátiles en las clases. Ese método no
significa dejar de lado los libros de texto, “los convenios
con las editoriales lo impedirían y, además, las empresas
van dotándonos de recursos interactivos”.
Aunque en algunos casos los ordenadores no llegaron hasta el
pasado mes de diciembre, el rendimiento obtenido ha sido
óptimo. Pino concibe su tutoría a través de tres enfoques.
De un lado, utiliza la Red Telemática Educativa de la Junta
de Andalucía, Averroes. Allí es posible acceder a multitud
de recursos educativos, “en la asignatura de Lengua la
encuentro cada vez más útil”.
Si se trata de enseñar Inglés, una buena dosis de
imaginación también contribuye a mejorar el aprendizaje. Por
ello, Pino afirma utilizar varias páginas. Uno de ellas,
www.thatquiz.org, se diseñó en un principio para la
realización de exámenes matemáticos, “un compañero planteó
esta página para Conocimiento del Medio y nos hemos ido
animando en otras materias”. La web no sólo sirve para hacer
exámenes, sino también como método de refuerzo, “la
principal ventaja de esta página es la inmediatez de los
resultados, los estudiantes contemplan sus calificaciones en
un instante”.
De estar en casa corrigiendo exámenes, Pino ha pasado a
buscar otras técnicas, “es necesario documentarse para
comprobar los nuevos avances”. Sin embargo, es un esfuerzo
añadido que no le pesa porque su tutoría “ha ganado mucho”.
De hecho, “no la cambiaría, es una motivación extra”.
Aunque puedan surgir imprevistos de última hora, “caída de
la red, apagones...” hay un hecho que no admite discusión,
“los niños son las nuevas tecnologías, llegan a ejercer de
técnicos en las averías, ayudan a los compañeros con más
dificultades”. El dominio de estos estudiantes, cada vez más
habituados a los avances tecnológico, se puede comprobar en
el uso que le dan a programas como Power Point, “me enseñan
cosas que yo no sabía”. En tercer ciclo de Primaria todos
los alumnos disponen de un portátil. Las últimas partidas
son las que mejor resultado han dado, “los primeros daban
más problemas”. Oportunidad dada y bien aprovechada. El
trabajo es a pleno rendimiento y “en un par de año podría
utilizarse el material de la Escuela 2.0, la editorial
siempre estará ahí pero utilizándola de otra forma”. Las
nuevas tecnologías son, más allá de preferencias personales,
una realidad en la vida diaria. La educación no puede ni
tampoco debe manterse al margen.
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