El equipo de forenses de los juzgados de Ceuta trabaja a
diario en las valoraciones clínicas de personas accidentadas
y otras que son declaradas incapaces legalmente y de su
seguimiento. Además, se ocupan de realizar las autopsias que
determinen los jueces de guardia. Por último, tienen que
hacer frente a numerosas pruebas para estudiar la madurez en
el crecimiento de todos los menores no acompañados que
entran en la ciudad. Hasta 48 han tenido que realizar los
tres profesionales de la Medicina Legal que trabajan en la
ciudad entre el 1 de diciembre y el 3 de marzo, pero no
disponen de estadísticas con sus resultados.
El equipo de tres forenses adscritos a los juzgados de Ceuta
ha practicado un total de 48 pruebas entre el 1 de diciembre
y el 3 de marzo para determinar la madurez en el desarrollo
personal de los adolescentes que entran solos procedentes de
Marruecos y alegan que son menores para lograr quedarse en
territorio de España. Es decir, tuvieron que hacer una
prueba cada dos días para estimar de forma aproximada si los
chicos tenían 18 años o menos. Debido a que los
especialistas en Medicina Legal no cuentan con una
aplicación informática que cuantifique el resultado de los
casos, se desconoce un balance total de estas actuaciones.
Los forenses detectaron un caso de un joven que puso mucho
interés en demostrar que era mayor de edad para ser
expulsado, pese a que las pruebas lo sitúaban en la franja
de los 16 años.
El resultado de estas pruebas suele ser concluyentes para
que se interne a los chicos en centros como ‘La Esperanza’ o
se les expulse del territorio nacional, en aplicación de la
Ley de Extranjería, cuando superan los 18 años.
Métodos de evaluación
El método para evaluar la maduración de un adolescente se
fundamenta en los resultados de dos pruebas, una radiografía
de la mano izquierda y una ortopantenografía, un scanner de
la dentadura. Posteriormente, esas dos pruebas se someten a
tres evaluaciones sobre la madurez de los huesos, dientes y
sexual.
En el primer caso, el método Greulich Pyle ofrece una escala
de los huesos desde el nacimiento para ver el grado de
aproximación a la maduración ósea media común. En los
varones se alcanza a los 19 años y en las chicas a los 18.
El método Demingan refleja la evaluación sobre la
mineralización de los dientes desde que nace un individuo
hasta la mayoría de edad. La muela del juicio es clave en
este método. Por último, el método Tanner estudia los
caracteres sexuales para lo cual se pesa y talla al joven y
se analiza el desarrollo de los genitales en los chicos y
mamas y vello público en las chicas.
El estudio intenta señalar una estimación sobre la edad de
la persona examinada, un rango de edad que oscila en una
franja de meses o algún año, pero no permite establecer los
años exactos desde que nació. Así, los informes para los
jueces suelen señalar que un individuo tiene, por ejemplo,
entre 15 y 16 años.
Por otro lado, el trabajo de los especialistas en Medicina
Legal se desarrolla en la valoración clínica de las personas
que a diario acuden a la consulta en los juzgados después de
haber sufrido accidentes, lesiones por agresiones en peleas
o en casos de violencia doméstica. También examinan las
incapacidades físicas o psíquicas de las personas y realizan
autopsias.
Desde el 1 de diciembre pasado hasta el 3 de marzo, los tres
médicos legales que hay en Ceuta han practicado 14
autopsias, de las que 8 de ellas fueron por muertes
naturales y 5 se consideran por causas violentas, esto es
las que se producen por accidentes en variadas
circunstancias, homicidios y suicidios.
Uno de los casos de muertes con violencia física accidental
este invierno en la ciudad fue el de un inmigrante que
falleció al quedar aplastado al volcar la carga de un
vehículo en el que se había introducido en la Planta de
Transferencia del Monte Hacho. Este hombre murió por
sofocación oclusión respiratoria y compresión torácico
abdominal. Otro más, también inmigrante y subsahariano,
falleció ahogado y de una tercera persona se sospecha que se
suicidó. Además, hubo otros dos accidentados y el examen
sobre otro cuerpo está en estudio.
‘Islas’ en Medicina Legal
Ceuta junto con Melilla constituyen sendas ‘islas’ en la
estructura de la Medicina Legal en España, que se ha
modernizado en los últimos años, tal y como se puede
comprobar en la página web del Ministerio de Justicia en la
que aparecen los sucesivos decretos por los que se crearon
los institutos de medicina legal en la práctica totalidad de
los territorios. Tan solo Madrid no está incluido entre las
que tienen IML, pero por razones de diferencias entre varios
sectores de la Medicina Legal sobre la conveniencia de
crearlo o no. Los IML cuentan con un director, un jefe de
servicio de Clínica, otro de Anatomía Patológica y una
plantilla de forenses que varía según la importancia de los
partidos judiciales. Tampoco disponen las dos ciudades
africanas de consultas médico-forense, de forma que el
equipo que integran sus profesionales médicos forman una
Agrupación de Forensía, una terminología ya en desuso en las
comunidades con competencias de Justicia.
Los forenses ceutíes, que se incorporaron todos en diciembre
y enero a su destino, realizan valoraciones clínicas y
autopsias. Luego tienen que enviar las muestras para hacer
pruebas sobre tóxicos, Anatomía Patológica e investigación
sobre indicios de criminología al Instituto Nacional de
Toxicología, en Sevilla.
Justicia estudia desde hace un tiempo la viabilidad de crear
un IML conjunto para Ceuta y Melilla. No obstante, la
secretaria de Gobierno del Ministerio de Justicia en Ceuta,
Josefa Vilar, indicó a EL PUEBLO que la Nueva Oficina
Judicial (NOJ) que se va a desplegar en los juzgados de
Ceuta en el segundo trimestre de este año, no contempla la
implantación del IML.
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