Una vez más, entramos en las
algaradas, y una vez más ese tipo de algaradas se produce
entre los propios inmigrantes, muy celosos ellos por ser los
primeros en “cumplir” con sus “ocupaciones”, para tener un
lugar al sol.
Si a cualquiera de los que, simplemente, pasamos por la
calle, no se nos escapa que el problema de los inmigrantes,
sin papeles, va más lejos de su estancia, regular o
irregularmente, aquí, no me explico como los organismos
competentes no se dan cuenta y tratan, de verdad, este
asunto.
Aquí aparecen los problemas, se van desarrollando, se
incuban y ..., cuando menos lo esperas salta un nuevo
altercado.
Y no es que sean gentes que molesten constantemente a los
demás, eso es cierto, pero igualmente cierto es que, entre
ellos, tienen sus problemas, sus grupos y se tienen,
prácticamente, repartido el suelo de Ceuta, buscando ser el
primero, en indicar un aparcamiento, el primero en ayudar a
llevar unas bolsas, o el primero en cruzar a la acera del
otro lado.
Todos en Ceuta sabemos cuales son los lugares más
concurridos por estos inmigrantes y todos sabemos como, en
su terreno acotado, no entraría ni el mismísimo lucero del
alba, para privarle de ser él el que indique cuando y donde
tiene que aparcar el coche que está llegando en aquel
momento.
Y eso ha traído, hace tres días, uno de los altercados que
podría hacer, una vez más, que Ceuta saliera en cualquier
medio de comunicación de ámbito nacional.
En esta ocasión, en una nueva superficie comercial abierta
recientemente, en la carretera de servicio del puerto.
Desde muy pronto comenzaron las tensiones, quienes se
encontraban cerca de esa nueva superficie se percataron de
que algo “grande” se podía dar, en cualquier momento. Y no
eran las diez de la mañana, cuando comenzó la trifulca que,
entre otras cosas terminó con varios subsaharianos heridos,
con uno detenido, con ida y venida de ambulancias, con
intervención de la policía, incluso de los antidisturbios, y
con más de dos horas molestas para muchas otras personas y
de mil problemas para otros muchos que nada tenían que ver
con el conflicto.
Y aquí ya no estamos en el hecho de que lleguen hasta Ceuta,
estén en el CETI, ocasionen unos gastos, que ahí están. Aquí
ya estamos entrando en otro tipo de problemas, con
perjuicios económicos, de momento, a ciertas empresas que
nadie les va a reparar, además de un añadido intolerable, la
creación de “bandas” que andan a sus anchas, que se han
hecho con unos derechos para recaudar, lo que recauden y que
... ¿No hay nadie por detrás?.
Demasiadas cosas en unas intervenciones que no son nada
baladíes y que no veo cual es el motivo para no cortarlo.
Y es que no me imagino en la Marienplatz de Munich, por
ejemplo, un grupo de inmigrantes de este tipo, con las
mismas actitudes. Lo que sí estoy seguro es que no
permanecerían allí, ni cinco minutos.
Pero aquí, no sé por qué, no sé con qué problemas nos
estamos encontrando para hacer que todo lo que no es normal
en otras partes sea normalísimo aquí, y no se corte de raíz.
Ceuta ya vivió un 10 o un 11 de octubre, de hace más de 15
años, muy conflictivo, no creo que se tenga que dar pie a
otra repetición de algo similar a aquello, que no agradó a
los ceutíes y que provocó comentarios poco agradables para
nuestra ciudad. Y ahora hay más que entonces.
|