La Ley de Régimen Electoral General que vela por los
procesos electorales en España es muy estricta respecto al
apartado de votar por correo. No en vano, los artículos que
hacen referencia a esta modalidad de participación han sido
reformados garantizando la decisión de los votantes.
No entiendo cómo la coalición “Caballas” eleva hasta el
infinito su nerviosismo anunciando “artimañas” del Partido
Popular ceutí para “intentar manipular” el voto por correo.
Se trata de una acusación muy grave respecto a unas
garantías legales muy protegidas por la LOREG. Bueno,
también se trata de una estrategia basada en lanzar piedras
y esconder la mano, de las que tanto nos tienen
acostumbrados ya estos políticos caballistas.
La LEY, con todas las letras mayúsculas, para que se
entienda bien, dice que el procedimiento es estrictamente
personal, o sea, que no pude ir nadie en representación de
un vecino, amigo o, ni siquiera, familiar. Solamente en los
casos de personas enfermas o incapacitadas que les impidan
hacer personalmente las gestiones será posible la presencia
de un apoderado, pero previamente hay que obtener un
certificado médico que describa la incapacidad y un poder
notarial específico y exclusivo para esa persona impedida y
ese representante. Tanto es así que alguien que ya esté
designado como representante de un impedido o enfermo, no lo
podrá ser de nadie más.
Entonces, ¿es fácil llegar a la conclusión de que la LEY
impide la gestión masiva del voto por correo? Está claro.
Anuncian con revuelo que van a meter a la Delegación del
Gobierno en el ajo y exigirle que garantice el cumplimiento
escrupuloso de la legislación durante el proceso electoral.
Bueno, permítanme una apreciación, o dos, las que hagan
falta. Lo principal es que no existe proceso electoral
todavía porque hasta final de mes no se convocarán los
comicios, ya que el calendario es de 54 días completos.
En segundo lugar, quien vela por la legalidad durante unas
elecciones es la Junta Electoral, integrada por jueces y dos
vocales que deben ser letrados en ejercicio. Estos últimos
son propuestos por consenso entre todos los partidos que
concurren a las elecciones, y si no hay consenso, cada
partido eleva una propuesta y la Junta Electoral decidirá al
respecto.
Como tercer apartado, algo sencillo y lógico, los
funcionarios de Correos saben muy bien cuál es su trabajo y
han estado presentes en todos los procesos electorales de la
democracia. Ya saben de sobra cuál es el proceso y qué les
corresponde realizar. Dudar de ello es hacer una velada
acusación muy grave.
Creo que queda claro que es imposible saltarse el sistema
legal que defiende el voto por correo, los requisitos y los
filtros que existen son garantías más que suficientes de
pulcritud, claridad y garantía para la democracia.
Señores caballistas, imagino que su virginidad electoral les
produzca nervios y estén deseosos de que llegue su noche
especial para saber cuántas personas les han dado su “sí,
quiero”.
Espero que tantos nervios no les traicionen durante estos
próximos meses.
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