España se mantiene, a juicio de Estados Unidos, como el
principal puerto de entrada y distribución en Europa de
hachís y marihuana procedentes de Marruecos y el norte de
África, principalmente desde los enclaves de Ceuta y
Melilla. Así lo publicó ayer la agencia Efe, haciéndose eco
del informe anual del Departamento de Estado.
En su documento sobre lucha antidrogas, Washington destaca
que “la incautación de alijos en contenedores en la primera
mitad de 2010 excedieron a los de todo 2009”, en la mayor
parte procedentes de Sudamérica. Sin embargo, el consumo de
cocaína, añade, se ha reducido por los “efectivos programas
para reducir la demanda y la debilidad de la economía
española”. EEUU, además, cita un informe europeo que sitúa
España como el segundo país consumidor de hachís, tras la
República Checa, y el segundo de cocaína, tras el Reino
Unido. Por otro lado, los funcionarios del Departamento
Estadounidense Antidrogas (DEA) indicaron que una “creciente
proporción” de la cocaína colombiana está siendo enviada
primero a África Occidental y luego introducida en la
península ibérica.
El informe estadounidense señala que en 2010 se han
incrementado los cargamentos enviados por barco desde
Venezuela, Argentina y Brasil, una modalidad de transporte
que ha aumentado “un 20 por ciento”.
Para potenciar la efectividad de la lucha antidroga el
Gobierno de Madrid ha puesto “un mayor énfasis en la
coordinación internacional”, por lo que el mayor número de
operaciones en los países de origen han permitido incautar
el producto antes de que llegue a España, subraya el
Departamento de Estado en su documento, emitido a través de
la agencia Efe.
Según el Gobierno estadounidense, España logra el 70 por
ciento de las incautaciones de alijos de hachís en Europa y
es el cuarto en la lista de decomisos de cocaína a nivel
mundial. En 2009, se incautaron en España 25,3 toneladas de
cocaína y 444,5 de hachís, según fuentes oficiales.
España también es considerado por EEUU el “mayor centro de
lavado de dinero procedente del narcotráfico”, especialmente
de las organizaciones colombianas. El Departamento de Estado
destacó que “un porcentaje desconocido” de los ingresos por
el tráfico de drogas es “invertido en propiedad
inmobiliarias en las costas sur y este del país”, aunque se
“ha reducido debido a la explosión de la burbuja
inmobiliaria” en España en 2009.
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