El comité de competición y disciplina deportiva de la
Federación de Fútbol de Ceuta acordó, en la reunión de ayer
miércoles y una vez vistas las actas y demás documentos
referentes a los partidos de las jornadas del 25 al 27 de
febrero suspender con tres años a los dos jugadores del San
Agustín C.F. que agredieron al colegiado Salvador Alcaraz
Yáñez en la primera parte del encuentro entre los agustinos
y el Natación Ceuta de la categoría cadete, además se le
impone una multa de 1.296 euros a cada jugador en aplicación
del artículo 81 del código disciplinario.
El órgano disciplinario considera las agresiones de Y.H.C. y
F.G.C. como muy graves ya que la acción se lleva a cabo con
propósito de causar daño originando lesiones y provocando
baja médica del agredido. Salvador Alcaraz, tras recibir un
golpe en la cara y una patada en la espalda, decretó la
suspensión del partido en el minuto 35 del primer tiempo
dirigiéndose a los vestuarios desde donde se puso en
contacto con la policía. El árbitro se trasladó al hospital
universitario donde fue examinado de los golpes sufridos y
recibió la baja médica, también presentó una denuncia en la
comisaría de la policía nacional contra los dos agresores.
Por otro lado, el comité de competición fijará fecha para la
finalización del partido entre el Natación Ceuta y el San
Agustín.
Expulsados del San Agustín
El club agustino, a través de su máximo responsable en
materia deportiva Sergio Ramos, a su vez entrenador del
equipo cadete y presidente del comité de entrenadores de la
FFCE ya adelantó en este medio el pasado sábado que jamás se
puede justificar una agresión a un árbitro y los dos
jugadores implicados serían expulsados por lo que “no
volverán a jugar con el San Agustín ni al fútbol ni a
ninguna modalidad deportiva de las que se practican en el
colegio”. El propio Ramos había pedido contundencia al
Comité de Competición y Disciplina Deportiva, aunque mostró
su enfado por la magnificación de los hechos. “No se puede
hablar de una brutal paliza ni escribir que el colegiado
tuvo que ser hospitalizado sino de una bofetada en la cara y
una patada en la espalda que por supuesto merecen nuestra
total repulsa. Lo que hicieron estos dos jugadores no se
puede permitir y por eso no jugarán más en el San Agustín”.
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