Hace cuatro años el destino se presentó ante la puerta de
la portavoz del Grupo Parlamentario Socialista pero ahora, a
escasos meses de los próximos comicios, Inmaculada Ramírez
siente que ya ha cumplido con el propósito que le
encomendaron aceptando un puesto que ella no esperaba pero,
que hasta la fecha, le ha dado grandes satisfacciones, como
sería el que el 23 de mayo “Ceuta amaneciese socialista”. Se
despide de la política pero lo hace con el orgullo de saber
que “el testigo lo dejo en manos de una persona que ama
Ceuta” y asegurando que su andadura por la Asamblea nunca
tuvo matices de beneficio ya que su auténtica devoción es la
enseñanza, a la que regresa pero estando al servicio de su
partido.
Pregunta.- Si echamos la vista atrás después de sus cuatro
años de legislatura, ¿cómo recuerda su primer pase de acceso
a la política ceutí?
Respuesta.- En las últimas elecciones municipales, fue la
primera vez que yo iba en una lista, concretamente, la
número 5. Los que tenía delante dieron sus motivos para no
aceptar el cargo y tomé la decisión de ser la portavoz del
Grupo Parlamentario Socialista al considerar que ya me había
implicado al aceptar que estaba incluida en esa lista.
P.- En este tiempo ha compaginado su labor como profesora
y como política, ¿ha tenido repercusiones en su vida
cotidiana?
R.- Ha ido en detrimento de mi vida familiar y personal, de
mis momentos de ocio y de sueño. Hay mucho que estudiar, que
consultar, hay que dedicarle bastante tiempo a la política y
eso es un hándicap que me he encontrado en el sentido de
liberación total. Si fuese autónoma y no tuviera que fichar
a determinadas horas que tengo que entrar en clase, me
hubiera dado más o menos margen, porque eso me ha creado
cierto estrés. Pero bueno, hay muchos días y horas por la
noche, quitándolas del sueño y de la familia, claro. En el
caso concreto de la asistencia a las comisiones, mi
compañero Idriss y yo, con la misma dedicación profesional,
hemos compartido la carga y hay cortesía parlamentaria, buen
ambiente.
P.- ¿Ha visto en la política un gesto devoto o prefiere
su dedicación a la enseñanza?
R.- Particularmente, la enseñanza, porque esto ha sido
accidental y coyuntural que me planteé en un periodo de
tiempo, y al ya haberlo tenido, me marcho. Dejo el testigo
en muy buenas manos con José Antonio Carracao, una persona
muy preparada con juventud e ímpetu, porque mi vocación
auténtica es la enseñanza, en la que llevo desde los 18
años.
P.- Aunque fuese ‘accidental’ su trayectoria en la
política como portavoz del Grupo Parlamentario Socialista,
se enfrentó a momentos tan trascendentes como la refundación
del partido, ¿supuso esto un acento en la lucha socialista?
R.- No, al contrario, fue un momento realmente gratificante
y que yo esperaba como agua de mayo. El tiempo anterior fue
más duro y difícil, y cuando ves que tienes un aparato
político, un partido que marca unas directrices, no es lo
mismo que tomar las decisiones tú sola. Sí es cierto que he
tenido la ayuda de los socialistas y a nivel nacional, ante
cualquier problema técnico, me han respondiendo. Y ya vamos
sobre ruedas.
P.- Hace escasos meses fueron presentados nuevos rostros
con nombres y apellidos para liderar la Ejecutiva
socialista, ¿cómo evalúa a este nuevo equipo?
R.- Muy bien. Todos los cambios que ha habido han sido para
mejor. Gente con muchas ganas de trabajar e ilusión, con
unas ideas socialistas muy claras, y eso sirve de impulso,
ánimo y diversidad de opiniones.
P.- Ya se conocen los cinco primeros nombres que
encabezarán la lista para los próximos comicios autonómicos,
¿qué perfil los describiría?
R.- Son personas capacitadas, con una mezcla de juventud y
veteranía, y con mucha preparación porque somos de la
opinión de que a la política hay que venir con las espaldas
cubiertas y con el estómago lleno, con una profesión. Y
todos los que conforman la lista son personas que tienen su
situación laboral prevista, no es venir para vivir de la
política. En ese sentido, es uno de los criterios que se ha
tenido en cuenta junto a la lista cremallera y, por
supuesto, la paridad.
P.- Ahora que dice adiós a su andadura parlamentaria,
¿supondría para usted un varapalo el que el PSOE ceutí
ganase las elecciones el 22 de mayo?
R.- No, al contrario, sería una satisfacción enorme, es más,
muchos compañeros me han preguntado qué espero y les he
dicho que ojalá el 23 de mayo Ceuta amaneciera socialista.
Yo me marcho y no participo de esa lista pero sigo siendo
militante de base como era antes y mi apoyo, ayuda y poca
experiencia que tenga para aportar, estarán al servicio del
partido.
P.- Tanto a nivel personal como profesional, ¿qué ha
aprendido durante estos cuatro años en la Asamblea?
R.- En la Asamblea, en el día a día, en el contacto con las
personas, he aprendido mucho sobre la realidad social de
Ceuta, el funcionamiento de la Administración local, que
también era un ámbito para mí desconocido, el conocer a
muchas personas de todas las clases sociales e ideologías
políticas. He llegado a tener amigos dentro de la política y
establecer relaciones sociales, conociendo a fondo la
problemática de muchas familias que lo están pasando mal. La
gente sólo cree que vamos a los plenos y desconoce la
actividad extraparlamentaria, cuando nuestra labor como
oposición es controlar para solucionar y proponer. Es un
recuerdo muy agradable al que se suma el que la gente te
pare para comentarte sus problemas y se lo soluciones.
Resulta realmente gratificante.
P.- Sobre la percepción de los políticos por parte de los
ciudadanos...
R.- La política es trabajo, sacrificio, constancia, y no
está bien considerada por la ciudadanía en general. Por eso
considero necesaria una labor de pedagogía. Lo malo es que,
cuando surge un caso escandaloso, ya tira por tierra toda la
labor pero la mayoría de los políticos, no son así.
P.- ¿Qué anécdotas recuerda con connotaciones negativas
y, por el contrario, positivas?
R.- Tengo una memoria muy selectiva en el sentido de que
olvido enseguida lo malo, no sé si es un defecto o una
virtud. Pero sí que he pasado muchas noches preguntándome
qué hago aquí, preparando plenos difíciles con presupuestos,
y cuando estás en el Pleno escuchando mentiras sin tener el
turno de palabra. Pero también hay mucha satisfacción al ver
que, día a día, muchas de las propuestas socialistas se
hacen realidad aunque no tengan el sello del PSOE. El
trabajo final algo luce y es satisfactorio.
P.- A escasos meses de su despedida como una trascendente
imagen del PSOE ceutí, ¿cómo le gustaría que la recordasen?
R.- La realidad es que no lo he pensado porque no vine a la
política para hacer carrera. Pero sí me gustaría que se me
recordase como una persona que lo ha intentado, que ha
trabajado y se ha esforzado, y que he luchado por dejar el
pabellón alto, por decirlo coloquialmente. No he venido a
conseguir nada, ni a medrar o lucrarme. Y cuando acepté el
cargo, me comprometí y he llegado hasta el final. Me voy con
la satisfacción de que el testigo lo dejo en manos de una
persona responsable y con sentido político, con gran amor a
Ceuta que es lo que a mí me impulsó a implicarme hace casi
cuatro años.
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