Indescriptible la noticia de que,
la Junta Directiva del Club de Natación Caballa quiere hacer
Socio de Honor, honorario y honorífico al cerebro pensante
de la Coalición Caballas: Juan Luis Aróstegui.
Y todo por hacerle ahorrar los mil ochocientos euros de la
cuota de entrada en la entidad ¡que cutre!. ¿Qué si el
factotum de la Coalición presenta méritos deportivos,
intelectuales, científicos, culturales o cívicos que
expliquen esta generosa iniciativa?. Pues que sepamos
últimamente no ha publicado ningún best seller ni se ha
distinguido por su contribución al bien social en ningún
aspecto. Al revés, en los últimos tiempos no ha hecho más
que polemizar, criticar, convertirse en referencia exclusiva
de la gafada Coalición Caballas y echar a pelear a los
propios componentes de los partidos que conforman la
iniciativa electoral, con la dimisión fulminante del segundo
hombre clave del partido de Mohamed Alí, (también denominado
“el ex” por ser “ex” todo, ex-promesa política, ex-futuro
esperanzador, ex-especialista en propuestas constructivas,
ex-tipo mayoritariamente respetado). Gafe puro, exaltación
del mal vagío.
“Y de Caballas al club Caballa, mangurrinéo donde los haya”,
la Directiva, en solitario, proponiendo honores a Aróstegui,
en plan hagiográfico y muchos socios con los instintos de
una manada de gatos rabiando preguntándose los “por qués” de
esa distinción que consideran arbitraria e inmotivada y más
aún en estos momentos en los que el aspirante a los honores
del Club ha insultado a veinte mil ceutíes y su segunda o
tercera de a bordo ha llamado a los mismos miles de
ciudadanos “ignorantes”. El ambiente anda más quemado que el
cenicero de un bingo y el gafe ha alcanzado al Club, de
hecho, más de uno ha decidido pensárselo y mucho antes de
utilizar las instalaciones ¡cualquiera se fía con el mal
vagío que le han metido!.
Suponemos que, el ideólogo de la Coalición, declinará
seguramente el ofrecimiento para privar a sus enemigos
políticos del placer de hacer rimas y cancioncillas con su
nombre sobre la gorronería y vulgaridades semejantes. Ya se
sabe que la gente es muy mala y que hay mucha envidia en el
mundo. Pero, los de la Directiva, con tan solo lanzar la
propuesta, ya han entrado en riñas y discrepancias, en
enfrentamientos y en malos rollos, en ser objetos de
sospecha y en taimadas y malévolas acusaciones de
“enchufismos amiguistas”. Y el tema va a acabar mal, como
todos los temas donde confluyen fuerzas ocultas y
hechicerías traspasando el umbral de la oscuridad.
Y más aún por las cortas entendederas de los de la Directiva
del Club que han decidido ir en plan “provocón” y tocarle
las narices a los miles de agraviados por Aróstegui de
quienes no predicaré aquel eufemismo de “cuyas heridas no
han dejado de sangrar” porque nos encontraríamos ante un
grave caso clínico de hemofilia política, sino que andan
furiosos porque, ni se les ha pedido colectivamente perdón
ni se les ha desagraviado con algún acto de elegante
simbolismo, como una ofrenda floral ante un monumento o el
encargo de unas misas gregorianas. Sombras de estar gafado…
Se queda mal con absolutamente “todo” el mundo.
A este paso, cuando a cualquier ceutí se le llame “caballa”
va a tener que lanzarse en plan “toca madera” hacer el signo
de los cuernos para espantar al diablo, lanzar un “vade
retro” a las fuerzas ocultas y santiguarse al grito de
¡lagarto, lagarto!.
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