Ceuta participará mañana en la ‘Mesa de trabajo sobre la
Prevención de Agresiones que sufren los médicos, enfermeros
y demás personal laboral de la Sanidad Española’, que
organiza ANSICH (Asociación Nacional de Seguridad Integral
en los centros hospitalarios). El doctor, especialista de
Otorrinolaringologia, José Enrique Roviralta será el ponente
en representación de la Ciudad Autónoma, el cual
desarrollará la ‘Situación actual de los médicos frente a
las agresiones’.
Roviralta explicó ayer, en una entrevista a EL PUEBLO,
cuáles son las principales causas que generan conflictos en
ambientes sanitarios: “Por un lado, aspectos sociales: se
han ido perdiendo valores, la sociedad se ha vuelto menos
respetuosa; por otro parte, aspectos institucionales: listas
de espera, infraestructuras no adecuadas, situaciones de
angustia, desinformación, una mala percepción de la salud,
situaciones desencadenantes como la denegación a un paciente
de fármacos o de bajas laborales... Pero lo importante es
que la violencia no puede justificarse en ningún caso”.
Uno de los aspectos que el médico desarrollará en su
ponencia serán las agresiones verbales. “Los medios se hacen
eco -explicó- de las agresiones físicas, sobre todo en los
casos en que ha muerto personal sanitario, pero igual de
graves son las verbales, las vejaciones al personal.
Provocan pérdida de autoestima, desmotivación,
desorganización, lo que a su vez se traduce en absentismo
laboral, en medidas defensivas por parte de los médicos cómo
la de pedir demasiadas pruebas sólo por cubrirse la
espalda”.
“La violencia en los centros sanitarios no puede ser una
batalla perdida -continúa Roviralta-, por ello es
imprescindible crear unas medidas nacionales que aúnen las
actuaciones frente a las agresiones”. En este sentido, la
primera medida que van a proponer es un registro nacional de
agresiones y un observatorio estatal donde se analicen todos
los casos “desde perspectivas sociales, educativas,
institucionales, políticas y legislativas”. “Las agresiones
en el ámbito sanitario deberían tratarse al mismo nivel que
la violencia de género o como atentados a la autoridad, como
policías o profesores”.
Entre las medidas que se abordarán en la mesa de trabajo
estarán las de impartir asignaturas, dentro del área de
ética, sobre cómo prevenir y cómo actuar en casos de
violencia. También, talleres prácticos en los centros de
trabajo con formación específica que indique al personal
sanitario las pautas a seguir.
Puesto que existen estudios que indican una mayor o menor
concentración de casos de agresiones según el territorio,
otra propuesta es la creación de mapas de riesgo: “Esto
sería conveniente porque está comprobado que en los núcleos
urbanos hay más casos de violencia que en los rurales, al
igual que en determinados centros de salud o en los
servicios de Urgencia de los hospitales”.
Protocolos automáticos en casos de agresiones o campañas de
sensibilización, o incluso un día mundial contra la
violencia en el sector sanitario son otras de las propuestas
que Roviralta abordará, mañana durante su exposición.
El médico ha destacado la participación del Ingesa: “Se ha
involucrado enviándome a participar”. Aún así, ha
especificado que esta problemática no es específicamente
local, sino que la ruptura de valores es un problema
occidental y que requiere una legislación y unas medidas
administrativas nacionales o transnacionales. “Para
erradicar las agresiones en ámbitos sanitarios, uno de los
aspectos más importantes es la coordinación entre todos los
sectores, desde las fuerzas de seguridad del Estado, hasta
el personal sanitario o los usuarios del sistemas de salud”,
añade.
El objetivo de esta mesa de trabajo, que espera traspasarse
a un congreso en octubre, será debatir la seguridad en los
centros nacionales, a fin de erradicar un problema que
afecta a todos. “En la sanidad -concluye Roviralta-
trabajamos con personas”.
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