Una mujer dedicada a los demás. Así puede definirse a María
Rosa Rodríguez Morales, Premio María de Eza 2011. Esta ceutí
ha sido la mujer pionera en la política de la ciudad. Tras
militar varios años en el Partido Socialista Obrero Español
bajo las órdenes de Fructuoso Miaja, creó la primera
delegación de Izquierda Unida en
Ceuta. Además, su dedicación sindical, a través de su
militancia en la Unión General de Trabajadores, ha sido algo
que destaca por encima de todo. A pesar del sacrificio, está
satisfecha con su trayectoria tanto personal como
profesional y continúa insistiendo en que las mujeres tienen
que luchar unidas por la igualdad en todos los ámbitos de la
vida.
Pregunta.- Háganos una breve trayectoria de su vida
personal y profesional...
Respuesta.- Nací en Ceuta pero me fui a vivir a Bilbao. En
el año 1981 volví con mis hijos después de haberme separado
en el año 1976. Iba y venía a Ceuta porque daba clases
particulares. Ya en el 81 encontré trabajo fijo y me asenté
de forma definitiva aquí. En ese mismo año me afilié a UGT y
desde entonces soy afiliada y militante. Tuve varios cargos
en la Federación de Servicios Públicos, entre otros, el de
la Secretaría de Formación. Impartí muchísimos cursos. Por
ejemplo, las primeras elecciones que hubo de funcionarios yo
fui la que impartí los cursos a los policías. Después,
estuve 10 años en el Departamento de la Mujer de este
sindicato. En 1983 aprobé las oposiciones y entré en el
IMSERSO y un año más tarde lo hice en el PSOE. Desde ese año
estuve en una lista como candidata ‘simbólica’ apoyando a
Fructuoso Miaja. Ya en 1994 me fui del Partido Socialista e
instauré Izquierda Unida en Ceuta. Primero se me presentó
como candidata al Parlamento Europeo y después encabecé la
primera lista de una mujer para la presidencia de Ceuta. Fue
la primera ‘lista cremallera’ en toda España, con 13 mujeres
y 12 hombres colocados de forma alternativa. A los tres o
cuatro años dejé la política definitivamente. Ya no milito
en ningún partido pero sí que fui representante de UGT hasta
mi jubilación en el IMSERSO. He dado además clases a
adultos, he sido entrenadora de fútbol. También estuve en
una asociación que ayudaba a las reclusas. En definitiva, he
hecho de todo.
P.- ¿Cómo se siente al ser una mujer pionera en el mundo
de la política?
R.- Ahora mismo me siento satisfechísima con mi bagaje,
aunque mientras lo hacía también. He disfrutado haciendo por
ejemplo, de entrenadora de fútbol -la única que había
entonces en España-, con mi banda de música y en el
Departamento de UGT lo pasé muy bien. He negociado también
un buen número de convenios; por ejemplo, el de la Empresa
de Alumbrado o el de la Cámara de Comercio.
P.- ¿Cómo ha sido el trabajo en UGT?
R.- He tenido compañeros magníficos y ahora incluso los
conservo como amigos. Tengo además el Escudo de Oro de UGT
que me lo trajo Cándido Méndez en una visita pero estaba de
vacaciones. Lo recogió la secretaria del sindicato. Otra vez
también fui nominada al Premio María de Eza pero entonces no
se me otorgó.
P.- ¿Cómo se ha sentido al saber que recibía el Premio
María de Eza?
R.- Me ha causado mucha sorpresa y satisfacción además de
agradecimiento porque ha sido por unanimidad. Me hace mucha
ilusión y pensé que no me lo iban a dar nunca.
P.- ¿A quién dedicaría este premio tan importante?
R.- En primer lugar a mis tres hijos y a mi nieta porque les
he quitado muchas horas. No puedes estar en dos sitios a la
vez y tienes que sacrificar algo y muchas veces sacrificas a
tu familia. Siendo maestra como soy no podía echar una mano
a mis hijos en sus tareas diarias porque me iba a dar clases
fuera. También se lo dedico a las mujeres por supuesto.
Pablo Nuñez, de Juventudes Socialistas, ha sido el artífice
de todo.
P.- ¿Merece la pena ese sacrificio?
R.- Sí. También intentaba que las barriadas no se sintieran
tan fuera del centro y que tuvieran las mismas ventajas. Ha
sido una lucha en la que muchas veces no ha salido nada pero
sí que ha sembrado algo. Luego otras mujeres decidieron
entrar en política.
P.- ¿Cómo tienen que luchar las mujeres para conseguir la
igualdad?
R.- Las mujeres tienen que estar unidas. Cristina Almeida
dijo: ‘A una mujer la puede cambiar la política, pero muchas
mujeres podemos cambiar la política’. Además, hay que educar
a los niños y formarlos porque con una buena formación no
habría tanta mujer maltratada. Una madre maltratada debe
dejar al maltratador inmediatamente para que sus hijos no
sufran y vean ese ejemplo. Una madre tiene que mirar más por
sus hijos y sobre todo por ellos. No hay que dar la
oportunidad al maltratador de que su hijo lo vea ya que no
hay que educar a un hijo en el machismo.
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