El Juzgado de lo Penal 2 enjuició ayer a un hombre por
acosar y pegar en plena calle a su mujer, de la que se está
divorciando. La mujer lo había denunciado anteriormente dos
veces, pero retiró ambas denuncias por miedo. El acusado
negó los hechos, aseguró no recordar muchas cosas porque
está sometido a un tratamiento psiquiátrico fuerte y sale
poco de su casa y se quejó de que la familia de la mujer lo
estaba acosando. La pareja tiene la custodia de sus hijos
retirada por malos tratos.
Un hombre fue juzgado ayer por malos tratos a su mujer, de
la que está en trámites de divorcio, por una presunta
agresión en plena calle, en el barrio de Hadú, el pasado 20
de enero. El acusado, cuyas iniciales son M.Y.A.A está en
tratamiento psiquiátrico y las autoridades retiraron la
custodia de los hijos a la pareja por malos tratos,
entregando este a un tío del imputado.
La mujer relató ayer en el juicio, en el Juzgado de lo Penal
2, que el día de los hechos, sobre las 12.00 horas, salió de
su casa en Bermudo Soriano para recoger una carta en correos
y el acusado la abordó en plena calle. “Eres mi mujer y tú
no tienes que meterte en un coche con un tío. Eres una
puta”, aseguró la denunciante.
Luego continuó su declaración contando que “me cogió el DNI,
me lo rompió y me dijo que ese me lo hizo él y que yo me
hiciera otro”.
La mujer trató de seguir su camino por la Avenida de
Regulares y en ese instante, “me dio un guantazo en la cara,
fuí contra la pared y caí al suelo. Me llamó puta y me dijo
que fuera a denunciarlo si quería. Me hizo daño en el oído y
la mandíbula”.
Como la víctima había retirado antes dos denuncias contra su
presunto agresor y nunca fue juzgado hasta ayer, tuvo que
explicar a preguntas de la acusación particular que “las
quité por miedo. Ya había agredido a los hijos y me amenazó
con hacerme daño si lo denunciaba”.
Asimismo, la víctima de malos tratos desmintió que ella y su
tía amenazaran a M.Y.A.A en la puerta del hospital. Por
último, admitió que habían perdido la custodia de los niños
por malos tratos, pero matizó que él por pegarles y ella por
consentirlo.
La declaración de M.Y.A.A. fue totalmente contradictoria y,
desde el principio, se apoyó en que estaba sometido a un
tratamiento muy fuerte de fármacos que le impedía recordar
algunas cosas. El acusado tildó de “incierto” el encuentro
en las calles de Hadú y explicó que el día de los hechos
estaba “en mi casa, con mi madre, mi tía, mi hermana y mi
abuela”. También relató que la mujer le había denunciado dos
veces, pero en los dos casos no siguió adelante con las
denuncias y se quejó de que la familia de la víctima lo
acosaba. Además de desmentir la agresión del 20 de enero
pasado, el procesado sostuvo que “nunca en siete años de
matrimonio le he dado una bofetada”.
En la fase de conclusiones, la fiscal del caso solicitó un
año de prisión por el delito de malos tratos, además de tres
años de alejamiento de la víctima y otros tres de
prohibición de portar armas, así como una indemnización de
253 euros. La acusación particular se adhirió a esa petición
y la defensa pidió la absolución o una pena alternativa de
trabajos en beneficio de la comunidad.
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