Es como parece que nos quieren
hacer viajar, por lo menos en los meses que faltan hasta las
próximas elecciones generales.
Cuando oía la primera información sobre la reducción de la
velocidad a 110 kilómetros por hora, en las autovías y en
las autopistas, realmente no sabía si era un sueño de esos
de mal gusto o que los responsables de las principales
esferas políticas de nuestro país se han quedado en el
paleolítico.
Que ahora nos salgan con la petenera de que bajando de 120 a
110 kilómetros por hora, el tope de la velocidad máxima, va
a suponer un ahorro de 1400 millones al año, en petróleo, es
algo que ni se lo creen ellos, ni se lo puede creer nadie de
los que viajan a diario.
Aquí lo que parece es que se ha entrado en la vorágine de
reducir todo y a este paso pueden llegar, incluso, a
borrarnos las autopistas, las autovías, o por decreto hacer
que los coches de matrícula par, no viajen más que los días
impares o algo parecido.
Es cierto que los precios del petróleo, con la serie de
revueltas que hay en las últimas semanas, van a remover las
economías, un poco más, pero de ahí a que haya que rebajar
las velocidades, para ahorrar, va un abismo.
Posiblemente no lo sepan, porque quienes deciden esto no
viajan, ellos solos, en demasiadas ocasiones, que a 110 un
vehículo de los de 5 o de las de 6 velocidades, no van a
poder usar esas velocidades, especialmente la sexta y, en
terrenos favorables, van a ir gastando mucho más en una
velocidad más corta. Es el abc, y no hay mucho más que decir
sobre ello.
Pero lo más alucinante es que queremos ahorrar no sé cuanto,
con los recortes de la velocidad y ahora hay que gastar
tanto como se ahorra en esto, poniendo nuevas indicaciones
de esos límites de la velocidad. Un galimatías que no saben
por donde salir peor.
Llegados a este punto, hay que pensar que a alguien se le
han obnubilado las ideas y caen en los mismos errores que
allá por los años 70, del pasado siglo, cayeron los caducos
asesores del Gobierno de la época, cuando redujeron las
velocidad a los límites que tenemos hoy, pero que no
tendremos la próxima semana.
Con esta medida, da risa ver el numerito ese de la
reducción, España cae en el grupo de los mas lentos de la
UE, al mismo rasero que Polonia y Dinamarca.
Y además de las nuevas señales indicadoras del límite ese,
con 110 en el fondo, ahora tendrán que adaptar los radares,
aunque la medida no va a afectar al carné de puntos. Menos
mal.
Esto, claro está, mirándolo un poco más en profundidad, nos
lleva a pensar, otra vez, en ese afán recaudatorio de este
Gobierno, para ver si un día le cuadran las cuentas y para
enmascarar, ahora que estamos llegando a los carnavales, la
serie de desfases que se han producido en todos los temas
económicos que han tocado.
Y en la escena, aunque mande un poco más Rubalcaba, en esta
idea genial no podía faltar el tal Pere Navarro, director de
la DGT, que yo no sé qué podrá hacer un día para que le
salgan, aceptablemente bien, sus proyectos.
Antes íbamos lentos porque las carreteras eran malas. Las
carreteras se han superado, hay autovías y autopistas, se
puede andar mejor, pero no te dejan, o te ponen a la cola de
Europa.
No sé si alguna de esas mentes pensantes se atrevería a
hacer, directamente, un viaje de Algeciras a La Coruña, con
los límites que hay y con los que quieren poner. Si lo hacen
verán que eso de ahorro, con su nueva programación, nada de
nada.
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