La Policía Nacional fue recibida ayer noche a pedradas en el
barrio del Príncipe cuando penetró en una determinada zona,
entre Arcos Quebrados y San Daniel, en la búsqueda de un
pistolero. La ‘batalla’ campal vivida se produjo entre las
20:00 y las 20:30 horas y como consecuencia de ello se ha
producido daños en algún vehículo policial, también en
particulares y se ha logrado detener a un individuo que ayer
ingresó en los calabozos de la Jefatura Superior de Policía.
Los vecinos se han mostrado indignados porque estos
incidentes no parecen tener fin en el barrio y temen las
amenazas de las bandas que imperan en la zona.
El barrio del Príncipe volvió a vivir ayer un nuevo episodio
de algarada y apedreamiento. Un nutrido grupo de jóvenes
diseminados por varias zonas donde operaba la Policía
lanzaron piedras de varios tamaños contra los vehículos
policiales para evitar la acción de los agentes en el
barrio.
Los dos vehículos que permanecen habitualmente en la zona
fueron comisionados para buscar a un individuo que había
sido visto portando una pistola en el interior de la
barriada.
Entre las 20:00 y las 20:30 horas se produjeron los hechos.
Los agentes, penetraron al interior del barrio entre la zona
de Arcos Quebrados y San Daniel, donde la intensidad del
ataque se multiplicó, hasta el punto que los agentes
tuvieron que emplear material antidisturbios para enfrentar
las andanadas de piedras que se recibían.
Los agentes se dividieron en la acción para intentar
capturar a alguno de los apedreadores y sólo pudieron
detener a uno de ellos. Evidentemente un menor que fue, mas
tarde, trasladado a Comisaría para dar cuenta a Fiscalía del
incidente.
Se hacía complicado buscar al individuo con pistola mientras
los agentes se entretenían primero protegiéndose de la
avalancha de pedradas y segundo de responder al ataque.
Los vecinos, algunos de los testigos presentes en este
incidente, contaron a EL PUEBLO que se oyeron tiros, muchos
gritos, carreras y vieron caer piedras de varios tamaños.
Impactaron en los vehículos policiales, algunos de ellos
sufrieron daños, pero también golpearon coches de los
propios vecinos, uno de los cuales sufrió la rotura de la
luna frontal en la calle San Daniel donde el enfrentamiento
cobró mayor dureza.
A medida que la presencia policial era más numerosa, la
reacción contra esta fuerza de seguridad era más tibia hasta
diluirse cuando los agentes contraatacaron en la búsqueda de
los vándalos.
La acción duró aproximadamente media hora y la Policía debía
multiplicarse para insistir al vecindario que, por su
seguridad, no se acercara a la zona del conflicto.
El dantesco escenario fue uno más de los que se suceden cada
cierto tiempo. Agentes de otras brigadas investigan y
buscan, por otra parte, a elementos que portan o guardan
armas en la barriada.
|
Los vecinos, indignados y temerosos por los vándalos
La reacción de los vecinos del
Príncipe ante este nuevo episodio de vandalismo y
palestinización en el barrio es de por un lado indignación y
por otro temor. Indignación porque no conciben que menores
de edad puedan armar semejantes revueltas. Indignación
porque varios grupos de ellos, que se apostan en distintos
lugares alrededor del zoco son elementos de vanguardia de
bandas que se dedican al narco y son los que “entretienen” a
la policía cuando se aproxima a alguna zona ‘caliente’ -eso
dicen-. Y temerosos porque cuando alguien se atreve a
señalar a culpables se enfrentan a revanchas de tiros en las
fachadas de sus casas, o a agresiones y amenazas sobre
familiares menores de edad. Temerosos, en definitiva, porque
se sienten sólos y desprotegidos ante la presencia
permanente de elementos del mal que campan a sus anchas
cuando la policía no se encuentra en la zona. Además se
muestran defraudados por ver cómo, aparentemente, la
‘batalla’ la ganan los malos.
|