PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - DOMINGO, 27 DE FEBRERO DE 2011

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Los carnavales están a la vuelta de la esquina, y todos los aficionados a los mismos nos preparamos para darle la bienvenida como sólo ellos se merecen. Fiesta divertida y alegre donde las comparsas y chirigotas entonan sus coplillas cargadas de críticas hacia todos aquellos o todo aquello que, a su juicio, está mal hecho.

Esperemos que no se saquen las cosas de contexto, y las coplillas vayan a quienes vayan dirigidas sepan aceptarla, como lo que son, una crítica de humor, donde todos podemos ser criticados por alguna de nuestras actuaciones.

Lógicamente aquellos que por haber nacido en otra tierra, no entiendan el humor de los carnavales les resulte difícil de entender esas críticas, no acepten las mismas y hagan una montaña de un simple grano de arena.

Cosa que ha sucedió para desgracia de nuestros carnavales, dando al traste con comparsas y chirigotas que ante esta situación han decidido abandonarlos, dejando a todos los ceutíes, amantes de los mismos, con el deseo de volverlos a ver sobre un escenario cantando sus coplillas. Cosa que, al parecer, no volverá a suceder.

Desde hace años, los carnavales gaditanos famosos en el mundo entero, han ido perdiendo caché debido a ciertas injerencias políticas que no les permitía cantar ciertas coplillas que pudiese criticar a determinados partidos. Como decía el Guerra, no Alfonso sino el otro, “Hay gente pá to”

Politizar los carnavales o dejarse llevar, los mismos, por la publicidad que le puedan ofrecer es, sinceramente, acabar con lo que son y deben ser los carnavales.

Y los que así no lo entiendan que no vayan a verlos y que no se preocupen, ni poco ni mucho, de lo que puedan decir las letrillas de las comparsas y chirigotas.

O se hacen así y los carnavales, incluido los nuestros irán muriendo sin que nadie le encuentre el remedio para mantenerlos vivos. Porque unos carnavales, donde las lerillas de las comparsas y chirigotas carezcan de critica alguna, dejan de ser unos carnavales, para convertirse en un concurso de cante sin mayor interés que el buen hacer de los que componen las comarcas y chirigotas. Para entendernos y dejarlo claro, los carnavales se convertirían en un OT a celebrar cada año, dándole los premios a los mejores cantantes de cada grupo.

El carnaval, se diga lo que se diga, está en la calle y nunca en el concurso de comparsas y chirigotas a celebrar en un teatro. Eso es, simple y llanamente, un concurso en el que participan unos pocos. La calle es el auténtico carnaval, donde participa todo el pueblo con sus disfraces. Algo que parece que después de un periodo de decadencia está volviendo a resurgir en nuestras calles.

Algunos personajillos del tres al cuarto, no les hacen falta ponerse careta alguna ni nuevo disfraz, siempre van con la misma careta y el mismo disfraz aunque con el paso del tiempo, ambas cosas se hayan deteriorado tanto que han dejado ver su cara real. Esa cara que se ocultaba tras la careta y que, al fin de cuenta, no hay diferencia alguna entre la cara de la careta y la cara real. Se hubiese ahorrado un dineral, al no comprar la careta y ponerse, simplemente, una gomita.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto