Un año de prisión fue la pena solicitada ayer por la
representante del Ministerio Fiscal en la ciudad para un
hombre que ocupó el banquillo de los acusados por el delito
de robo con fuerza del que se declaró inocente, situándose
en el lugar de los hechos bajo el alegato de “cumplir un
favor” de vigilancia y no como autor del delito.
La denuncia tuvo su origen el pasado 6 de diciembre,
alrededor de las 09:00 horas en la Avenida San Juan de Dios,
cuando los agentes de Policía Local se desplazaron a la zona
por el viso llegado desde la central, a la que un vecino
habría llamado denunciando que había un ciudadano en el
interior de un Mercedes, supuestamente, sustrayendo algo de
su interior al ver que una de las ventanillas de cristal se
encontraba rota. Según uno de los policías, que declaró como
testigo, el acusado “se encontraba en el interior del coche,
con un destornillador en sus manos, la radio y varias piezas
del salpicadero”. Versión que la defensa puso en tela de
juicio ya que en las diligencias policiales “no aparece nada
del salpicadero ni el vecino que denunció estaba en el
sitio”.
El acusado, por su parte, sostuvo en todo momento que había
ido a ver el turismo ya que un amigo suyo lo había llamado
al comprobar que el vehículo tenía un cristal roto y era
propiedad de un tercero que se encontraba de viaje. “Llegué
con mi coche, que también es un Mercedes, porque me
encomendaron sacar de él todos los objetos y documentos
importantes. Al parecer, el coche era del propietario de una
de las naves del polígono, y tanto él como ami amigo estaban
fuera”, alegó. El propietario del vehículo dañado reconoció
ante el juez haber estado de viaje, haber llamado a un amigo
marroquí para que contactase con alguien de Ceuta y
comprobase qué le había ocurrido al coche. Y este tercero,
también constató ante el tribunal haber localizado al
acusado para pedirle dicho favor.
Una vez escuchados todos los testimonios, el magistrado dejó
el juicio pendiente de sentencia.
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