He procurado, durante toda mi
vida, realizar mi labor tratando siempre de pasar
desapercibido. Vamos, empleando la táctica de los mejores
árbitros de fútbol, que son aquellos que pasan
desapercibidos durante el encuentro en el que imparten
justicia.
Por eso, pongo cara de extrañeza cuando algunas personas a
las que no conozco me paran por la calle, para hacerme
alguna pregunta que para mí no vienen al caso, pues nunca he
mostrado el menor interés por aquello que me han preguntado.
Viene esto al caso de que los otros días, en plena calle
Real, mientras iba pensando en mis cosas, en esas cosas que
suele pensar uno de tiempos pasados, me paran unos señores y
me preguntaron, si no había pensado nunca en meterme a
político.
La pregunta, por inesperada, en un principio me desconcertó
aunque rápidamente supe reaccionar, apartando mis
pensamientos sobre aquellos asuntos de tiempos pasados en
los que iba sumido.
No señores jamás, en mi vida, he pesando, vamos ni se me ha
pasado por la imaginación, dedicarme a la política porque es
algo que no atrae lo más mínimo.
Creo, y lo digo con toda la sinceridad del mundo, que tanto
en este pueblo, como en cualquiera de los pueblos de España,
hay personas mucho más cualificadas que yo para dedicarse a
la política. Lo que pasa, que a ninguna de ellas le interesa
ser políticos. Una pena porque, sin duda alguna, serían unos
extraordinarios políticos.
Todo eso que está usted diciendo nos parece perfecto, pero a
nosotros nos interesa Ceuta. ¿Aceptaría tomar un café con
nosotros y charla unos minutos sobre algo que le vamos a
proponer?.
No tengo ningún problema, pero les advierto que pierden el
tiempo, si tratan de convencerme de algo que tenga que ver
con la política o el ser político, Nunca aceptaré nada
relacionada con ambas cosas. Por principio le hice un
juramento a mí madre siendo un niño, y jamás romperé ese
juramento, y mucho menos con la edad que ya tengo.
Mientras nos tomábamos el café trataron, por todos los
medios a su alcance, convencerme que estarían dispuestos a
apoyarme e incluso llegaron a comentarme que no tendría que
preocuparme por cuantos gastos económicos se pudiesen
producir.
Me van a perdonar, tengo mucha prisa pues tengo que hacer
una entrevista par el dominical y he quedado con un señor
para ella y voy a llegar a la cita, con media hora de
retraso. Me gusta ser puntual. Además esto es una forma de
perder el tiempo deliberadamente pues, desde el principio de
nuestra conversación, les avisé que nada de la política me
iba a interesar.
Al menos tome nuestra tarjetas, y si cambia de opinión sabrá
donde encontrarnos. Nuestra oferta sigue en pie. Hay tiempo
para ello, estamos hablando de las generales. ¿Se imagina,
de salir elegido, lo qué podría hacer por esta ciudad a la
que tanto quiere?.
Me imagino muchas cosas, pero nada ni nadie, me va a hacer
cambiar de opinión. De todas formas, señores, muchas
gracias.
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