Aunque la fase de instrucción del procedimiento está a punto
de finalizar, el Ministerio Fiscal aún no tiene claro si el
crimen perpetrado en la barriada de San Amaro, que acabó con
la vida de un ceutí de 46 años, es constitutivo de un delito
de homicidio o de asesinato. Acusación que recae sobre el
hijastro de la víctima que, en su día, reconocería ante la
titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción
número 5, que lleva la causa, que su intención era matar a
su padrastro, con el que habría mantenido numerosos
enfrentamientos previamente.
Para cerrar la investigación sólo queda pendiente el
resultado de la última prueba practicada sobre el imputado,
el informe psiquiátrico ya que, al parecer, este presentaba
un cuadro de esquizofrenia con tendencia agresiva, tal y
como aseguraron los vecinos del matrimonio cuando ocurrieron
los hechos, el 26 de mayo del pasado año.
Dicha prueba servirá a la Fiscalía para, una vez emitido su
informe de acusación, aplicar sobre la pena que solicite
para el encausado, un atenuante o eximente. Pero para
calificar el lamentable crimen como homicidio o asesinato el
Ministerio Público tendrá que centrar su estudio en varios
puntos tales como la alevosía, el precio, la recompensa o
promesa, y si hubo, o no, ensañamiento, aumentando
deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido. Si
cualquiera de estas circunstancias se diesen en la actuación
del acusado, a vistas de la Fiscalía, los hechos serían
constitutivos de un delito de asesinato, cuya pena se
situaría en la franja comprendida entre los quince y veinte
años de prisión.
El suceso tuvo lugar sobre las 02:30 horas del 26 de mayo de
2010, en el domicilio familiar, en el que convivían el
acusado, su madre, la víctima y su hermanastro. Y fue en el
pasillo de la vivienda donde el imputado asestó una puñalada
a su padrastro, atravesándole el costado sin mediar palabra.
Instantes después, este abandonaría la casa dejando el arma
blanca en el domicilio.
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