El Gran Teatro Auditorio del Revellín tiene completo su
aforo para el concierto inaugural. Desde primera hora, en
algunos casos, desde las seis de la mañana, decenas de
ciudadanos esperaron la apertura del Punto de Información
Cultural para conseguir su sitio en un acontecimiento
histórico para la ciudad. Entre tanto, cuatro profesores del
Conservatorio hacían sonar la música en el escenario y los
bomberos revisaban las instalaciones. A ellos se sumaba el
trabajo del ingeniero Daniel Commins, quien realizaba las
mediciones de la acústica. Unos artesanos lusos daban un
toque decorativo a una pared con un tapiz muy especial.
Algunos ceutíes esperaron ayer desde las seis de la manaña
con el fin de conseguir una entrada para el concierto de
inauguración del Gran Teatro Auditorio de La Manzana. Así lo
explicaron a EL PUEBLO poco después de la apertura del Punto
de Información Cultural de Gran Vía, a las 10 de la mañana,
cuando medio centenar de ciudadanos hacían cola para poder
elegir la localidad deseada. Al cierre de la taquilla, y
según explicó la consejera de Cultura, Mabel Deu, tan sólo
quedaba por vender una de las butacas disponibles para
mañana jueves y aproximadamente el 15%, “unas 70”, del que
uno de los patrocinadores, Chocrón, ofrecerá el viernes,
también con fines benéficos. La directora de la orquesta,
Inma Shara, presenta hoy en Ceuta el programa del concierto
que ofrecerá con la Brandenburgisches Staatsorchester
Frankfurt.
Prueba del Conservatorio
Mientras, en La Manzana, la actividad continuaba con
intensidad. Un grupo de profesores del Conservatorio,
conformado por dos flautas y dos violines, se acercaba al
Auditorio para realizar una prueba. Los primeros acordes que
sonaron, ante varios acompañantes de los músicos que
hicieron de público en el patio de butacas, fueron los del
Canon de Pachelbel. Después tocaron otras dos piezas, La
viuda alegre, de Lehar, y un fragmento de La Pasión según
San Mateo, de Johann Sebastian Bach, terminando con un solo
de violín. “¿Reverbera o seco?, preguntaba uno de los
profesores, “Bien”, le respondían los compañeros.
Entre tanto, los técnicos de la empresa encargada de la
escenografía, Chemtrol, finalizaban la instalación de los
equipos de sonido. Los especialistas bajaron los grandes
bafles colgados a ambos lados del escenario para ajustarlos.
Daniel Commins, el prestigioso ingeniero que ha diseñado
junto al arquitecto Álvaro Siza la acústica de la sala,
realizó por la tarde sus primeras mediciones. “Todo está
aquí”, decía al final de la jornada a EL PUEBLO señalando su
mochila. Commins destacaba el buen resultado que a su modo
de ver han dado en el Auditorio ceutí los materiales que ha
elegido. “Nunca se sabe cómo van a funcionar en un lugar
elementos que has empleado en otros, pero ha resultado
bien”, afirmaba.
Inspección de Bomberos
Otro equipo que realizaba su trabajo a esas horas en el
edificio era uno del Cuerpo de Extinción de Incendios y
Emergencias. Una docena de bomberos, con el jefe del Cuerpo,
Manuel Gentil, a la cabeza, recorría las instalaciones con
el fin de comprobar los dispositivos preparados para
afrontar cualquier posible incidencia. Desde las bocas de
incendios y mangueras y otros materiales para la extinción
del fuego y extracción de humo, junto a las salidas de
emergencia y los ascensores, todo fue examinado al detalle.
Los bomberos se interesaron de forma especial por la
seguridad de los ascensores, que dado el sistema eléctrico
auxiliar con que cuenta el complejo y según les explicaron
los técnicos responsables de la obra, no se quedarían
bloqueados en caso de cortes de suministro, pues estos
equipos ofrecen una autonomía de dos horas. Todos los
dispositivos de manejo y desbloqueo de los elevadores están
ocultos a la vista tras una pieza del mismo mármol que
conforma todos los revestimientos interiores.
Un tapiz decorativo
Por la tarde, unos artesanos portugueses colocaban uno de
los primeros elementos decorativos del Teatro Auditorio. La
autora, Jenny Lontro, explicaba que se trata de una alfombra
con unas dimensiones de 4,63x6,35 metros hecha a mano en su
taller, ubicado en la localidad de Espinho y que ya ha
colaborado con el arquitecto Álvaro Siza en anteriores
ocasiones. El tapiz reproduce uno de los planos de la planta
del Auditorio.
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