Incluso a los más grandes les puede suceder y, a lo largo de
la temporada, en casa o fuera, hay ejemplos, más que
sobrados, en todas las categorías, que nos ponen de
manifiesto que, en cuanto te cogen con el paso cambiado,
puedes encajar la goleada de la temporada, o de toda tu
historia.
Es lo que pasó el domingo al Ceuta y es lo que queda ya para
la historia, un 1-5, pero no ante cualquiera, fue ante un
filial que el único objetivo con el que salen a competir,
partido tras partido, es con el de jugar bien, aunque luego
no ganen. En este caso, además de jugar bien, también
ganaron con cierta comodidad.
Primera parte muy equilibrada
El poco público que asistió al partido, en Alfonso Murube,
desde el primer momento comprobó que éste podía ser el mejor
partido de la temporada, especialmente, porque el Sevilla
Atlético venía a jugar.
El Ceuta, también, partía con las mismas premisas, con lo
que el espectáculo, en teoría, quedaba asegurado.
El primero en amagar con peligro fue el visitante Luis
Alberto, con un disparo muy fuerte que Fock despejó a
corner. Iban, tan sólo, cinco minutos.
Responde el Ceuta, en dos ocasiones, con disparos de Manolo
Pérez, que no ven puerta, pero que llevaban gran peligro:
eran los minutos 11 y 18.
De nuevo se deja ver el Sevilla Atlético y Fock se luce,
ante el disparo de Rodri, que estaba dejándose ver ya
demasiado.
Todavía, habrá un par de ocasiones de los visitantes, ya con
1-0 en contra y con Luis Alberto y Rodri como protagonistas,
al tiempo que Fock daba muestras de seguridad.
El gol del Ceuta
Llegaba en el minuto 23 y medio de partido. Con él se abría
la esperanza para una nueva victoria.
Marcaba Dani Castellanos, yéndose por la izquierda en los
instantes en los que más dominaba el Ceuta. Era el 1-0 y
había, todavía, mucho partido por delante.
Este tanto no amedrentó a los sevillanos que seguían a su
aire, intentando hacer su juego, buscando las ocasiones,
tanteando los puntos débiles del Ceuta, pero sin estar
obsesionados por los goles, que si llegaban serían bien
recibidos.
Se llegó al descanso con ese 1-0, con un Ceuta serio y bien
asentado, pero con un Sevilla que no se escondía y que
aparecía con mucha frecuencia.
Cinco minutos electrizantes
Una buena parte de los seguidores ceutíes no vieron el
primer tanto visitante, que llegaba a los 23 segundos de
esta segunda mitad.
No llegó a tocar el Ceuta el balón, una vez iniciada la
segunda parte, cuando Luis Alberto establecía el 1-1.
Había sido un tanto elaborado en cuatro toques, sin entrar
en el área, con pase de Rodri y desde tres metros fuera del
área, de tiro por la mismísima escuadra, que era imposible
detener.
Lo malo de esto es que, cuatro minutos después, llegaba el
1-2, otro golazo, desde más de 30 metros, de tiro cruzado
por parte de Ríos, que entra pegado al poste izquierdo de la
meta que defendía Fock.
No se habían despeinado, en este segundo tiempo, los
sevillistas y habían marcado dos golazos.
Los cambios no pudieron aportar nada
Andoni Goikoetxea intentó reforzar el equipo, para, cuando
menos, empatar. En el minuto 56, Dani Castellanos deja su
puesto a Villatoro y Hormazábal a Sandro Mendes.
La cosa no iba y el técnico ceutí se lo juega todo, con un
tercer cambio, dando entrada a Berrocal por Añete, era el
minuto 66 de partido.
Se estaba en igualdad numérica, pero por detrás en el
marcador, aunque presionaba, ahora, más el Ceuta.
La puerta parece que no se abre, de ninguna de las formas y
cada vez iba quedando menos tiempo.
Se rompe Villatoro
Era el minuto 75 y se tuvo que salir del campo. Estaban
hechos los tres cambios, no había ninguna otra posibilidad.
Lo único que quedaba era aguantar ese cuarto de hora que
faltaba y con un jugador menos. Otra cosa, ahora, no se
podía hacer más y había tiempo para todo.
Penalti y expulsión
Llegaba en el minuto 76, la jugada llevaba mucho peligro y
Zamora se lo jugó todo. Las cosas salieron mal.
El colegiado indicó el punto de penalti, e inmediatamente
después Zamora vio la cartulina roja.
Todo estaba perdido. Marca el penalti Rodri (1-3) y el Ceuta
tendrá que aguantar con 9 jugadores, tan sólo con esos.
Ese resultado lo hubiera firmado, en aquel momento,
cualquiera, pero quedaban, todavía, muchos minutos por
disputar. Había que esperar a ver qué daba de sí todo.
Otros cinco minutos endiablados
Estábamos en el minuto 81 y Rodri vuelve a marcar. Otro
golazo, desde fuera del área y sin posibilidades para el
meta Fock.
Y en el minuto 86 se cerrará la cuenta, obra de Luis Alberto
con otro tirazo impresionante, que Fock no ve entrar.
En ese instante lo que pensaba la mayoría de la afición era
que el colegiado extremeño, Santos Caballero, no prolongara
nada y así fue.
A los 45 minutos, exactamente, el árbitro dijo que aquello
había terminado.
1-5 era una derrota fuerte, pero los goles, todos ellos,
fueron de buena factura y nadie podía discutir ninguno de
ellos.
Deportividad de la afición
No es muy frecuente y yo dudo mucho que con unas cifras
similares, en contra, en Sevilla se hubiera hecho lo mismo,
pero aquí, los asistentes al choque Ceuta-Sevilla Atlético,
despidieron a los visitantes con muchos aplausos, a pesar de
que habían ganado al equipo de Ceuta. Aquí, se sabe ganar,
pero cuando el adversario juega mejor, aunque te gane,
también se sabe aplaudir al adversario.
Es de suponer que eso se valore en Sevilla, algo que yo, a
estas horas, pongo en tela de juicio.
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