Me cuesta trabajo entender a todos
aquellos inútiles que viven de la política, aunque no sean
políticos pero que están subidos al carro de la política,
ocupando algún que otro puesto de responsabilidad si más
conocimiento ni méritos que haber llegado, a esos cargos,
por le “enchufe” o por el señalamiento del “dedatil” debido
a la amistad de algún que otro familiar con el manda de
turno.
Si me cuesta un enorme trabajo entender la situación de
todos estos inútiles en los cargos que ocupan desde lo que,
por cierto, si usted habla con alguno de ellos, le muestran
todo cuanto han realizado en beneficio de la ciudad aunque,
en realidad, sus escasos méritos e ínfimos conocimientos del
puesto que ocupan, les han llevado a no hacer,
absolutamente, nada.
Pues, bien, cómo les decía, si todos estos personajillos me
cuestan un ”triunfo” entender que hacen en esos opuestos,
para los que son unos inútiles totales, imagínense el enorme
esfuerzo qué tengo que hacer para encontrar algún mérito,
entre todos aquellos advenedizos al mundo de la política de
la que no tienen el más mínimo conocimiento, pero que se
aferran al carro del poder, del que no se despegan ni
echándoles agua caliente.
Claro, que ante estas situaciones, en las que me cuesta ese
enorme trabajo entender, tanto a unos como a otros, la sabia
de mí abuela sierre me decía”. “Tranquilo, no les dé más
vueltas a la cabeza, tratando de encontrar una solución a un
problema que no la tiene. Esto es, sencilla y llanamente
aquello que dice; “Dios los cría y ellos se juntan, como las
buenas yuntas”.
Hoy quizás me haya levantado sin entender muchas cosas o no
queriendo entenderlas, que todo puede pasar. Porque, hoy,
precisamente tampoco alcanzo a entender la actitud de
algunos políticos de contratar y tener a su lado a aquellos
que más le han criticado, mientras apartan a quienes más han
hecho por ellos.
Y al hacerme esa pregunta, tratando de comprender la actitud
de todos estos políticos, he llegado a la conclusión de que
todo es debido a que son, todos que así obran, unos
pusilánimes y unos cobardes que tienen miedo a las criticas,
metiendo la cabeza bajo el ala, en vez de hacerle frente a
las mismas, con el valor suficiente de aquel que nada tiene
que temer,
Que duda cabe que son días que tiene uno en los que le da
por pensar en ciertas cosas, que por ser tan conocidas no me
aportan nada nuevo.
Son esos días en lo que no teniendo nada mejor que hacer, me
gusta recrearme en hacer desfilar por mi imaginación a todos
estos personajillos de medio pelo y politiquillos del tres
al cuarto que con esa actitudes incomprensibles, para
algunos, me permite pasar un buen rato de diversión.¡Cuesta
tampoco reírse y pasarlo bien, recordando cosas de esta
fauna de “enchufados” y politiquillos, que no me resisto a
ello!.
Qué pensarán, todos estos, los unos y los otros, cuando se
miran la espejo. Cuál será la imagen que ven reflejada.
Probablemente, sin la careta de la inutilidad, se creerán
los cuentos que ellos mismos se cuentan. ¡Caretas fuera.
Estamos en carnaval!.
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