sucesos - MARTES, 22 DE FEBRERO DE 2011

CEUTA
Luis Santiago
ceuta@elpueblodeceuta.com

La situación de aglomeración de órganos judiciales y otros servicios como el Decanato y el Registro Civil en el edificio de Serrano Orive también causa problemas en el juzgado que lleva los casos de Violencia de Género. La semana pasada y ayer se han producido incidentes al coincidir familiares de los agresores con la víctima.

Un funcionario judicial del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 4, que en Ceuta se encarga de los casos de Violencia de Género, denunció ayer a EL PUEBLO la falta de separación física e intimidad que las víctimas de malos tratos tienen que soportar cuando acuden a declarar contra su presunto maltratador.

El funcionario aseguró que las mujeres que presentan denuncias por malos tratos tienen que prestar declaración en una pequeña sala donde tienen su mesa de trabajo tres funcionarios judiciales. “Se le toma declaración en un sitio de tránsito continuo al que también acuden ciudadanos que tienen citaciones o hacen gestiones, abogados y procuradores”, señaló.

Tanto este trabajador como el responsable del Servicio de Atención a Víctimas, Carlos Aguilera, contabilizaron hasta tres incidentes la semana pasada en los juzgados por el hecho de que familiares de los detenidos por malos tratos entran al edificio judicial, suben a la planta donde está el juzgado de los casos de Violencia de Género y allí esperan a que aparezca la denunciante para molestarla o intimidarla. “En uno de los casos, la hermana de un agresor estuvo toda la mañana entrando y saliendo de los juzgados y llegó a insultar a la denunciante”.

Aguilera explicó que el sábado pasado, la novia de un detenido por amenazar a su ex pareja, ya causó momentos de tensión en los juzgados y ayer por la mañana permaneció largo rato en el hall de entrada al estrecho pasillo donde declaran las víctimas. EL PUEBLO pudo comprobar como Aguilera indicaba a esta mujer que no podía estar allí. Posteriormente, el detenido que estaba esperando a que se le comunicara una orden de alejamiento se quejó de que su actual pareja tuviera que salir de allí y no la anterior, es decir, la mujer que lo denunció.

“Se están produciendo unas situaciones de presión a las víctimas de violencia de género que no se producirían si hubiera una dependencia concreta para tomar estas declaraciones y no coincidieran con el agresor o sus allegados”, señaló Carlos Aguilera.
 

Gritan a los arrestados en los calabozos desde la calle

Los problemas con los familiares de los detenidos por malos tratos que entran en los juzgados, a los que no se le puede prohibir la entrada, se originan antes de entrar al edificio. La extraña disposición de los calabozos en los bajos del inmueble con un patio a cielo abierto que esta cerrado por un muro, provoca que amigos y familiares les hablen a estos desde la calle dando grandes gritos.

Esa situación se vive con los arrestados por cualquier tipo de delito y sus familiares, viene de muchos años atrás y crea un clima de malestar no solo entre los funcionarios judiciales sino también en los vecinos de los edificios de esa calle lateral a los juzgados.

Por otro lado, los funcionarios del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 4, que se encarga de los casos de malos tratos, piden que “se traten estos temas en una dependencia específica para salvaguardar tanto la intimidad de la víctima como también los derechos del detenido”, explicó uno de ellos.

La semana pasada, en uno de los altercados que se produjo, el magistrado tuvo que llamar a la dotación de la Guardia Civil de la puerta para que desalojara a una persona que estaba creando tensiones en el interior.

El mismo trabajador pormenorizó que un lugar alternativo para situar la oficina de Violencia de Género “podría ser la cuarta planta del edificio donde ya hay sitio para peritos relacionados con menores y la Fiscalía”.

Las intimidaciones se hacen antes de que declaren las mujeres o cuando esperan a que el juez resuelva.