Sociológicamente es una evidencia
de sobras conocida el que, uno de los parámetros que se
utilizan para determinar el grado de cultura y de
civilización de una sociedad es el amor y el respeto hacia
los animales.
Y no va este artículo sobre mi indignado rechazo a las
tentativas de jabalicidios o semi exterminio de nuestra
querida fauna autóctona, enriquecedor patrimonio común de
los ceutíes. No. Versan estas frases sobre una especie de
multitudinaria marcha de mascotas y dueños que presencié el
domingo por la tarde. Esta ciudad presenta esquemas muy
similares a todas las grandes ciudades de Europa, en lo
referente a pública y orgullosa exhibición de nuestros
amigos caninos, de hecho, en determinados horarios, cada
pocos metros te topas con un dueño o dueña paseando a su
mascota y como en Málaga y en Barcelona, se ve mucho
abriguito perruno y como en Madrid y Sevilla mucha correa
con la bandera española, con eso quiero decir que, las
mascotas llevan “moda” y van vendiendo salud y mimos. Los
parámetros de civilización y de cultura que conlleva la
sensibilidad hacia los animales aquí se cumplen
sobradamente, hay nivel.
Y más habrá cuando se habiliten, de una vez por todas, los
espacios lúdicos que los electores merecen. No hay que
olvidar que, los perros no votan por ahora, porque no les
dejan, pero sí sus dueños y las faltas de respeto hacia los
sentimientos caninos “siempre” tienen un coste electoral.
Los electores necesitan sus jardines donde los canes tengan
terrarios para hacer sus pipilosos y sus caconas y playas
para el sano esparcimiento, el disfrute y el juego al que
amos y perros tienen derecho, porque para eso pagan
impuestos y no para andar bregando con prohibiciones
represivas. ¡Las mascotas, unidas, jamás serán vencidas!. Lo
que me extraña es que, el Gato Carracao, con lo sentimental
que es, no se haya pronunciado y ande enfurecido con el
megáfono defendiendo los derechos animales junto a la
multitud de airados amos, de hecho, en cuanto hay un trajín
que afecte a la sensibilidad del lucero del alba, allí se
pega ese Gato socialista a reivindicar en plan mayo del 68
tipo “Prohibido prohibir” y eslóganes contestatarios
similares. Cada uno es como es.
¿Qué preguntan? ¿Qué si yo tengo mascota? Bueno, sí y no. Me
considero copropietaria del gentil y leal Zonito del Portón,
el mimado bulldog francés de mi madre que es poseedor de un
vestuario que ya quisiera para mí y además, aunque no
resulte extremadamente “agraciado” le saca mucho partido a
la ropa. Pero perros propios no tengo desde lo de la
“minoría”. Porque ¿Saben ustedes? Allá por el 2006 una
determinada “minoría” se sintió agraviada por el contenido
de unos de mis artículos, de uno entre cientos, aunque
también estaban agraviados con los países islámicos. La
cuestión fue que, como no tenían huevos para meterse con los
islámicos y sus leyes, porque no es prudente, me enviaron a
mi correo durante meses cientos de amenazas de muerte
auténticamente escabrosas contra mí y mis hijos, amen de
fotos de lo más increíble y blasfemo de la pornografía. Los
inspectores de la Policía alucinaban, porque nunca habían
presenciado algo similar, la Audiencia de Ceuta me dio la
razón en un Auto, aunque los violentos estaban muy
camuflados. Lo cierto es que no me mataron, pero abrieron la
cancela de mi jardín y me robaron a mis tres perros, de raza
pequeña y callejerillos, Erwin, Mimos y Nemo.
Denuncié el robo en comisaría y al par de días mis mascotas
regresaron por sus medios y en muy malas condiciones. Les
habían pegado mucho. Tuve que dormir a Nemo porque iba con
las costillas machacadas.
Al par de semanas descerrajaron la reja y se llevaron a
Mimos, debieron hacerle daño o el perrillo se resistió,
porque había sangre y no me dio tiempo a reparar bien la
cerradura cuando robaron a Erwin y le arrojaron desnucado a
la carretera. Los amos de mascotas comprenderán y sentirán
la infamia despreciable de hacer pagar las supuestas
“culpas” de un amo, torturando a sus perros y matándolos.
Que venganza tan baja. Pero al menos a mí no me rajaron ni
me arrancaron el corazón, solo mataron a mis perros y eso es
un detalle. ¿Qué que hice? Pues no se conocían los autores,
así que realicé unos rituales de maldición y les hice echar
el mal de ojo. Dios y el Universo les cobrarán las cuentas,
porque en esta vida todo se paga.
Por eso tal vez, por haber sido víctima de una venganza
utilizando a los más indefensos, es por lo que no he querido
volver a tener mascotas, por si me las vuelven a asesinar.
Pero también me ha convertido en infinitamente más
concienciada y defensora de los animales, de todos los
animales, por las memorias de Nemo, Mimos y Erwin, que no
eran canes con pedigrí como el presumido Zonito o los
altivos bulldogs que pasean por Ceuta, incluida la mejor que
es una bulldog llamada Blanca que no se ha enterado del tipo
de perro que es, supuestamente pesado y poco ágil y juega a
ser un galgo y a dar saltos de fox terrier. ¡Más simpática!.
No tenían pedigrí, eran adoptados, pero también eran unos
perros importantes, porque, la importancia de una mascota
depende del cariño y el apego entre dos : el perro y el amo.
Tarde dominguera en Ceuta, Convención Canina, faltaban mis
tres chiquitillos que estaban en sus quehaceres de guardar y
vigilar a un Niño pequeño nacido en un portal que es quien
ahora les ha adoptado. Y faltaba Zonito. A la bulldog Balnca
no la vi, pero seguro que fue ¡Menuda es!.
|