Personalmente y en persona, lo
digan los jóvenes y las jovenas, los miembros o las miembras
o el mundo mundial, no tengo nada contra su persona, pero
jamás le voy a permitir que, en el panfletillo en el que
usted colabora y en el que le permiten insultar a todo bicho
viviente, se me insulte o insulte a algunos de los
compañeros de este periódico, sin salir al paso de todas y
cada uno de sus insultos, haciéndolo sin insulto alguno y
con razonamientos lógicos de las muchas cosas que se y, que
algunas no he querido aún desvelar, por tener el pleno
convencimiento que, una vez más, el pueblo le negará su
voto.
Pero si fuese necesario, porque usted volviese a las andadas
con nuevos insultos, no tenga la menor duda que volvería a
salir al paso, hablando de los parking o publicando alguna
que otra carta que obra en mi poder o alguna que otra
sentencia que del mismo modo guardo, donde no le dejan en
muy buen lugar y que demuestran que todo cuanto he escrito
sobre determinados asuntos, relacionados con su persona, es
la auténtica verdad.
Por mi parte, usted puede seguir insultando a las mismas
personas que insulta, cada jueves, en el artículo que
publica el panfletillo que, honestamente, creo se está
equivocando al permitirle esos insultos dirigidos al
presidente de la Ciudad o a todo aquel que no comulga con
sus ideas. Pero como decía la sabia de mí abuela “el que la
lleva la entiende”. Aunque, en este caso, el que la lleva,
creo que no está entendiendo nada de nada. Tiempo al tiempo.
Pues a pesar de ser, como usted dice, un ”mercenario” que
recibe dinero del Partido Popular, pienso que cada uno, es
cada uno, y que son lo suficientemente mayorcitos para
defenderse sin necesidad que alguien tenga que salir la paso
de sus insultos.
Aclarado estos puntos y como usted me aburre más que un
parchís a las cinco de la mañana en una noche de verano,
vamos a poner, por ahora, el punto y final no sin antes, ya
le dije que quería colaborar con usted, darle un par de
puntos que podría añadir a ese programa.
Primero, la creación de un hotel que estaría sujeto a un
remolcador, para poder ser trasladado de una bahía a otra,
según los gustos de la clientela. Y segundo hacer navegable
el foso del mercado, con sus gondoleros cantando “O sole
mío”, a los clientes que se den un paseo en su góndolas.
Lo de traer los perros y los caballos, no lo vamos a llevar
a cabo, nos vayan a decir que estamos copiando el programa
de los GIL. Por cierto, ya que hablamos de los GIL, este
periódico de “mercenarios” fue el único medio que se lanzó
contra la llegada del GIL a nuestra tierra, por considerar
que ese gobierno de los GIL sería nefasto para Ceuta.
Y mire lo que son las cosas. No puede decir lo mismos ese
panfletillo en el que usted colabora. Así es la vida, y eso
son los errores que cometen todos aquellos que anteponen sus
intereses a los intereses de esta tierra, a la que dicen
querer más que a la madre que los parió.
Y esos que defienden sus propios intereses, vuelven a
cometer sus mismos errores, apoyando a un caballo perdedor
antes de que se inicie la salida hacia la meta. Y punto.
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