PORTADA DE HOY
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sociedad - DOMINGO, 20
DE FEBRERO DE 2011 |
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Adriana Pérez Lima y sus hijos. f.raso. |
reportaje / ENTREGA DE ALIMENTOS
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Samaritanos en tiempos de crisis |
Cáritas
de San José reparte cada mes
lotes de alimentos a 70 personas, la
mayoría castigados a el desempleo,
con familias numerosas y alquileres mensuales
prohibitivos para ellos
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CEUTA
Luis Santiago
ceuta@elpueblodeceuta.com |
En el atrio de la Parroquia de San José una mujer joven va
metiendo paquetes de pasta, galletas y una botella de aceite
en su carrito de la compra. Es Adriana Pérez Lima que acaba
de salir de recoger su lote de alimentos mensuales que le
entrega Cáritas. Como ella hay otras 70 familias de la zona
que el primer lunes de cada mes acude a esa iglesia para
recibir su lote. La crisis golpea con fuerza y azota a los
débiles; a las familias numerosas con uno o varios de sus
miembros en paro.
Adriana ha acudido con sus hijos de 11, 5 y 2 años, testigos
desde pequeñitos de las graves carencias familiares. Su
marido prefiere no hablar. Ella cuenta que “sólo trabaja él
y tiene una nómina de 600 euros por estar en la cocina de un
bar. Pagamos cada mes un alquiler de 700 euros y ya hemos
tenido amenazas de desahucio”.
Esta joven madrileña afincada en Ceuta, se queja de que
están alquilados en una vivienda de Emvicesa, “por la que no
te pueden cobrar más de 400 euros” y se queja de que la
carestía de los alquileres en la ciudad le ha llevado de un
sitio a otro con su familia durante ocho años. A la hora de
comer, según explica, “en lugar de tomarte un filete, te
tomas un plato de arroz” y revela que la ayuda de Cáritas le
sirve para las comidas familiares de tres o cuatro días,
aunque las legumbres le duran algo más. Adriana critica que
en las nuevas promociones de viviendas públicas hay
arbitrariedades. “Hay gente que tiene la casa concedida y no
la ocupa y luego suelen darle a personas desalojadas de sus
casas por las lluvias”.
En la cola de la entrega de alimentos se oyen muchas
historias de penurias. Como la de Naya Mohamed, “de la
barriada de Pescadores de toda la vida”, que recoge su lote
para sus dos hermanas, su madre y ella. “Vivimos de Cáritas
y de la asistenta social”, confiesa. Naya relata que su casa
tiene una instalación eléctrica muy vieja y hace poco tiempo
un vecino le prestó dinero para pagar la luz cuando se la
cortaron. Esta joven habla con dignidad de que “trabajé en
un programa de respiro familiar, tengo experiencia y cursos
hechos, pero llevo tres años en el paro y en el Plan de
Empleo no me cogen con un 3,9 de puntuación, mientras que a
gente con 1,4 si”. Se queja de que hay recién llegados que
acceden a prestaciones y ella que es de Ceuta no y dirige un
mensaje claro a la clase política. “No me gusta vivir del
cuento o de las limosnas y ya he hablado con Alí, Vivas y el
PSOE para buscar una solución”.
Otra mujer que vive sustentada por la solidaridad es Rocío.
A sus 23 años sufre una minusvalía, tiene al marido en paro
y dos hijos que mantener de 13 y 4 años. Su día a día se
apoya en Cáritas, Cruz Blanca y la asistenta social que le
ayuda a pagar el alquiler.
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La ayuda es para personas “muy necesitadas”
Como todas las oficinas de Cáritas,
la de San José, establece una serie de requisitos para
acceder a las ayudas de alimentos. Las familias que las
piden deben presentar el DNI, tarjeta de residencia o
pasaporte, fotocopia del libro de familia, certificado de
prestaciones de la oficina de empleo, certificado de
pensiones de la Seguridad Social, Vida Laboral, certificado
de empadronamiento del Ayuntamiento y fotocopia el último
recibo del alquiler o hipoteca.
En una nota escrita de Cáritas parroquial, se advierte que
“la ayuda se concederá a personas y/o familias sin recursos
que no superen 50 euros de ingresos mensuales por miembro de
la unidad familiar, descontando el alquiler y/o hipoteca”.
También se advierte que la ayuda es “para personas muy
necesitadas”.
Cada lote de alimentos incluye: aceite de girasol, harinas,
lentejas, garbanzos, macarrones, fideos, arroz, tomates,
galletas, café, azúcar, leche, quesos, leche de continuación
y cereales infantiles”. Las cantidades varían según el
número de personas por familia. Cáritas de San José se
prepara para atender este año a 90 familias cada mes, en
lugar de las 70 actuales.
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