Y así es mejor, porque dicen que
el hambre se puede soportar un poco más, al menos mientras
hay algunas reservas, pero lo del agua es otra cosa muy
diferente y mucho peor, y lo peor que le puede suceder a
uno, y no digamos a las amas de casa, es que des al grifo y
te encuentres con que no hay agua.
Eso, aunque parezca mentira, es una verdadera tragedia y si
no que se acuerden más de uno y más de dos docenas lo que
tuvieron que soportar en Ceuta, cuando hace dos años hubo
que volver a recurrir al “barquito” para que nos solucionara
la papeleta, durante un par de meses.
Aquello fue un aviso para Ceuta y si hubiéramos estado en un
coso taurino alguien hubiera pedido las orejas de la
incompetencia a quienes no se enteraron, hasta que quedaban
pocas soluciones, que la situación se iba agravando tanto.
Al final, el agua no faltó, totalmente, pero sí hubo
restricciones, hubo escasez y el precio de la que se
suministraba era más caro que si hubieran tenido que
suministrar Licor 43, por ejemplo.
Este año y desde finales del pasado, parece que la solución
está lograda, por cuanto los dos embalses Renegado e
Infierno están llegando al 100% de su capacidad y las
lluvias parece que no tienen intención de marcharse,
todavía.
Visto así, podríamos decir: “no hay y no habrá problemas en
un año”. Así parece que será, y no cambiará el tic, salvo
que las fugas, caballo de batalla, en otros tiempos y que en
aquellos momentos cruciales se detectaron y se solucionaron,
volviera a aparecer.
Aquello, repito, que costó mucho dinero y muchas
incomodidades, además de que sirvió para poner a cada uno en
su sitio y para que quienes “se habían dormido”, durante
muchos años, despertaran de una vez y, desde entonces
padezcan el insomnio que les pone, en el lugar exacto de las
posibles fugas.
La capacidad de nuestros embalses, hay que reconocerlo, es
cortita, pero suficiente para que la situación no se vuelva
a repetir, de cómo estuvo hace dos años y si, además, en el
último informe oficial de la Confederación Hidrográfica del
Guadalquivir, de hace menos de una semana, se nos dice que
los dos embalses están, exactamente, al 99,70% de su
capacidad, ya no podemos pedir más. Al llegar al 100%,
necesariamente, tiene que empezar a escaparse una parte, si
es que sigue la lluvia.
Los temporales, que se vienen sucediendo, nos van aportando,
cada día, un poco más.
Sed, por tanto, no parece que vayamos a pasar, pero como se
da muchas veces, la lluvia insistente y persistente, durante
muchas jornadas, además de lo positivo de suministrar agua,
para varias semanas más, también ocasiona desprendimientos y
otros problemas que hace que los servicios de bomberos y
protección civil, tengan que actuar constantemente.
A lo largo de las últimas semanas, pocas veces se había
seguido con tanta intensidad, la vista ha estado puesta
insistentemente en la AEMET para ver hacia donde se dirigían
las borrascas que aparecen por el océano.
Por la época, en la que nos encontramos, con un mes de
invierno, por delante, con toda la primavera y, en medio, la
Semana Santa, me da la impresión de que, por un año, nos
podrá sobrar agua, con lo que podremos decir que, al menos,
en un año de crisis no vamos a tener que pasar sed.
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