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OPINIÓN - VIERNES, 18 DE FEBRERO DE 2011

 
OPINIÓN / ANALISIS POLITICO

Elogio de la coherencia

Por Nuria de Madariaga


Decían nuestros tatarabuelos : “No se le puede poner una vela a Dios y otra al diablo”. Y decimos hoy en plan entre populachero y peyorativo “Ese tiene dos caras, como las lentejas”. El resultado es el mismo: un elogio a la coherencia, a la rectitud y a seguir, a machamartillo, los principios y los ideales que caracterizan a nuestra escala de valores. Que será mejor o peor, errada o verdadera, criticable o digna de elogio, buena para unos y fatal para otros, pero, sea lo que sea, es la nuestra, es nuestra opción intelectual, humana y espiritual y somos fieles a ella porque así lo hemos decidido, es nuestra elección. Y el máximo exponente de la libertad individual es, precisamente, ser libres para elegir, ser libres para acertar y también para equivocarnos y ser libres para optar o no optar. Pero, si se opta, hay que dar la talla, vestirse cada mañana por los pies, tener las tripas de amianto ante las descalificaciones y estar preparados para recibirlo todo: lo malo y lo bueno.

Y esta reflexión viene a cuento, no como respuesta a nuestros detractores, porque no es que pasemos “tres pueblos” de lo que opinen, sino que pasamos “tres pueblos y una Comunidad Autónoma”, porque, el que “ellos” nos premien con sus abominaciones, es señal inequívoca de que no estamos equivocados. Lo horroroso sería que les gustáramos, entonces, apaga y vámonos. No es una respuesta, sino una aseveración y una disertación y aunque esto no es el ágora de Sócrates nos encanta disertar y más aún elucubrar aseveraciones, ya que resulta más ameno.

La acusación de ser un “panfleto” siempre se puede rebatir con todo tipo de rimas y versos entre groseros y coloquiales y que finalizan irremediablemente con el verbo “meto”, eso mismo, lo que están pensando, pero en más retorcido e imaginativo amen de infinitamente más procaz y barriobajero. Dejamos las rimas y letrillas erótico-festivas al ingenio mental de cada lector y alegamos, tan certeramente como nos es característico, que una cosa es seguir una línea editorial y de valores concreta y otra es el “seguidismo”. Seguir una línea es un elogio a la coherencia, el “seguidismo” es baboso ¿Qué como de baboso? Pues diríamos que “tan” baboso como la lectura, por parte del poeta local, del soneto dedicado a la Ilustrísima Señora del Gobernador Civil, en la clausura de los Juegos Florales de Albacete año 1960. Y les aseguramos que esos alardes poéticos, premiados con “la flor natural” eran el summun de la babosería y el poeta local agraciado con el premio de mil pesetas y la flor natural, solía no tener sangre en las venas, sino genuinas babas. Eso sí, rimando por José María Pemán, que era el colmo de lo políticamente correcto en aquellos tiempos.

¡Nos negamos! ¡No vamos a recitar por Pemán para demostrar nuestras simpatías ideológicas! ¿Cómo pueden decir que “esa” es una postura soberbia y altiva a la par que estúpida y que cuando hay que estar, se está y cuando hay que poner la testiculina se pone? ¿Qué no tenemos testiculina? ¡Rimamos por Pemán y por el primo del lucero del alba si se tercia! A ver…

“En las urnas yo os espero

Sigma 2 tira hacia arriba

No hay en el Universo entero

Un pico con más salero

Que el que se gasta Juan Vivas”.



¿Qué dicen? ¿A que resulta “muy” emotivo? ¿Cómo se les ha quedado el cuerpo? ¿Han constatado el sentimiento? Pues eso no es nada, es tan solo la letrilla que dice “la coherencia es prima de la competencia y se lleva a matar con la indecencia”.

Aquí no se funciona bajo el dictamen del “Síndrome de Estocolmo” y no aspiramos ni a “conformar” ni a “apaciguar” a nadie. Ni tampoco aspiramos a que “nos perdonen” premiándonos con su ramplona fraseología que es una especie de “parque temático de los tópicos”. Porque, todo aquello que vocalizan los que nos tildan de “panfletarios” presenta la rara cualidad de que ya lo hemos escuchado con anterioridad y en multitud de ocasiones.

Pasamos de apariencias, preferimos “ser” a “aparentar ser”. En nuestro caso y desde la libertad, elegimos libremente ser consecuentes con nuestras creencias y a eso se llama, curiosamente, coherencia.
 

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