El hecho de no ver constantemente
la televisión hace que, las pocas veces que uno la ve se
encuentre con una novedad que le causa, cuando menos,
extrañeza.
En la tarde-noche del martes, veía una parte del encuentro
del Valencia y el Schalke 04, un partido en abierto, y
especialmente si es en TVE resulta más atractivo para todos,
por su mejor cobertura que no te hace tener que ir a lugares
donde unas veces se ven unas cadenas y otras no. Pero en
esto TVE nos falló, no por el partido, sino por su nueva
moda.
Me encontré con una sorpresa, que antes no recuerdo haber
visto nunca, como es el ir oyendo los comentarios del
narrador y sus colaboradores, no siempre acertados, pero
además, tras esos comentario que oíamos, iba apareciendo,
por escrito, eso mismo en la pantalla. Incomodidad añadida.
Incomprensible, me dije, porque esa serie de datos que nos
van poniendo, en medio de la pantalla, no deja ver, como es
debido, lo que estamos pretendiendo ver, el partido.
¿Qué se pretende con esa moda?.¿A quién favorece?. Ni lo sé,
ni me lo explico y como a esas “pegatinas” que van colocando
se une una realización vulgar, muy mediocre, llegan momentos
en los que uno prefiere una de las retransmisiones de pago,
en las que está asegurada una buena retransmisión y además
te dejan ver la pantalla limpia de “mensajes”.
TVE, ya es lamentable, en este terreno va perdiendo el
sitio. Día a día se ha ido politizando, va por otros
derroteros y una buena retransmisión de fútbol no es fácil
que la encontremos aquí.
Qué diferencia respecto a las retransmisiones de hace años
que llevaba a cabo Ramón Díez, con menos medios, pero con un
estilo inigualable, todavía en blanco y negro, pero veías lo
que había, metía las cámaras en las jugadas, sin cotilleos,
pasando olímpicamente de otras cosas, más propias de la
información rosa que de lo que él tenía que retransmitir.
Esa moda, bien es cierto que no soy asiduo espectador de TV,
no sé si la está llevando a cabo alguna otra cadena, espero
y deseo que no, al menos cuando estén poniendo algo que
interese a la audiencia.
Y como a mí no me gusta nada ver las cosas a medias, o
perder el tiempo, no vi más que la primera parte, luego ya
me enteré, más tarde, del resultado, pero tantos “ladillos”,
dobles explicaciones y emborronamientos de la pantalla, a mí
“me echaron” del partido.
Es posible que alguien nos responda sobre las bondades que
puede aportar todo eso, nuevo en la pantalla, pero no veo
razón alguna para tener que estar leyendo, dos minutos más
tarde, lo que ya he oído antes, al comentarista de turno,
sin que te dejen ver con claridad el encuentro.
Y para más INRI la próxima semana, también en TVE la Copa de
Europa (así sigo llamando yo a esta competición), en el
choque Lyon y el Real Madrid. Lo que hace falta es que a
aquel que se le ha ocurrido eso de los “ladillos” se le pase
la “enfermedad de la gilipollez”, para que quienes vamos a
ver este encuentro no tengamos que repetir lo que ya oímos.
A mí, que en esta ocasión veré la televisión, no me
agradaría volver a ver más carteles, a destiempo, en una
televisión pública.
Tendrá que ser así, pero es una moda que poco atractivo
aporta a los espectadores. Algún día TVE volverá a ser la
mejor de España, hoy no lo es.
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