El Juzgado de lo Penal 1 juzgó ayer a un caso de intento de
desahucio que acabó con un altercado entre el novio de la
propietaria de la casa y el hombre que vivía de alquiler.
Ambos se denunciaron mutuamente después de enfrentarse y el
inquilino también denunció a la dueña. La pareja y el
arrendatario ofrecieron versiones contradictorias. La mujer
negó que presionara al inquilino y contó que Emvicesa le
había abierto un expediente por arrendar un piso de
protección oficial.
Una mujer, su pareja y el inquilino del piso que tenían
arrendado fueron juzgados ayer después de interponerse
denuncias cruzadas tras un incidente que se produjo cuando
los dos primeros fueron a comunicarle al segundo que debía
de abandonar la casa por ser de protección oficial y tener
un expediente abierto en Emvicesa por alquilarla.
Los hechos se remontan al verano de 2007, cuando la Ciudad
Autónoma inspeccionó las viviendas de Patio Páramo, entre
ellas la de T.R, la mujer juzgada ayer, y se le comunicó que
no podía alquilar la casa y se le podría retirar una
subvención que tenía concedida. A partir de ese momento, T.R.
intentó negociar un acuerdo con el inquilino para que este
abandonara la casa cuando llevaba año y media en ella y le
quedaban otros tres año y medio contratados.
T.R. declaró que, tras varios intentos, localizó al
inquilino por teléfono en el verano de 2007 y “me pidió que
yo le buscara un piso de características similares y le
pagara la mudanza”. La acusada relató que, posteriormente,
estuvo dos meses intentando hablar con el arrendado mediante
cinco o seis llamadas al teléfono móvil, otra llamada a su
trabajo y, como no respondía a los intentos de contactar, le
envió un fax. Por último, el 22 de octubre, a las siete
menos cuarto de la tarde, la propietaria se presentó con su
nueva pareja en el piso de Patio Páramo. T.R. contó así lo
que sucedió. “Iba a informarle de que había encontrado una
casa para él y me abrió la puerta enfadado porque su hijo
estaba dormido. Me dijo que no se iba porque no le salía de
los cojones. Mi novio le pidió que hablara bien, este hombre
lo empujó contra la pared y cayó al suelo. Cuando estaba
tirado, levantó el puño y le dijo que lo iba a matar”. En
ese instante, T.R. llamó a una ambulancia y la mujer del
inquilino aviso a la Policía Local que ofreció a las dos
partes poner denuncias.
El novio, S.R, corroboró el testimonio anterior y negó que
los dos hubieran ido a la casa para coaccionar a la familia
que ocupaba su piso. Aseguró que estuvo 7 días de baja con
un collarín por el golpe y que el otro hombre lo amenazó con
acudir a un amigo juez “que me arruinaría la vida”.
El tercer acusado, A.L, explicó que su mujer estaba
embarazada y su hijo durmiendo y cuando apareció T.R. iba
con “un hombre al que yo no conocía de nada porque el
contrato lo firmé con el marido”. Dio media vuelta para
entrar en la casa y “este individuo me empujó, se metió en
mi casa un metro o metro y medio, se tiró al suelo y cuando
oyó que mi mujer llamaba a la Policía se arrastró fuera del
piso”.
A.L. acusó al novio de la propietaria de entrar gritando
“ladrones, sinvergüenzas” y negó que él lo tirara al suelo.
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La propietaria pagó 9.000 euros al ocupante y dejó la casa
Aunque el proceso penal siguió
adelante hasta ayer, las dos partes ya habían llegado a un
acuerdo antes por el que el inquilino cobró 9.000 euros y
dejó la vivienda. En las conclusiones del juicio, el fiscal
modificó las acusaciones iniciales por delitos contra los
tres acusados por faltas. Pidió 20 días multa a razón de 10
euros de diarios de cuota por cada falta para T.R. y A.L.
Acusa a cada uno de una falta de coacciones y otra de
injurias. Al inquilino. A.L, le imputó una falta de lesiones
solicitando 40 días multa a 10 euros por día. La acusación
particular en nombre de la dueña de la vivienda y su novio
pidió dos años por lesiones y otros dos por amenazas a A.L.
La abogada de este acusó a la dueña de un delito de
coacciones y a su pareja también sosteniendo que hubo una
presión para que su cliente abandonara el piso.
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