Un árbol es un futuro mueble, o en
el peor de los casos un tronco de leña que se suele usar
para quemarlo con distintos fines.
Un político es un futuro presidiario cuando va de coña con
las cosas de la política y la justicia o, en el peor de los
casos, un tronco asentado en una poltrona indefinidamente,
que suele usarse para quemar a los demás.
En estos días en que prevalecen las reuniones de precampañas
electorales y de manifestaciones contra dictadores eternos…
destacan más que nunca los ramplones y cantamañanas con
ansías de poder que no te cagas.
A pesar de todo, considero una muy mala salida la del
vicesecretario de desinformación del PP, Pons o algo así,
comparando los hechos ocurridos en Egipto con España.
Semejante triquiñuela política haría que, en un país con
pleno derecho democrático, ese político ya estaría botado,
que no votado, por su propio partido. Encima por un partido
que dice considerarse más patriótico que ninguno.
Hay políticos que se ponen al servicio del Estado porque
creen en él y políticos que usan al Estado para su propio
servicio, aunque ese servicio se traduzca en un traje de
estambre o una pequeña comisión por ceder privilegios a
otros sin que nadie se entere, supuestamente.
Pero como los componentes de ese partido, los que están
arriba no los de base, no tienen labia suficiente para
convencer a los españoles de que son los mejores para
gobernarnos, sólo se le ocurren desgraciadas frases, con
pretensión aniquiladora, para minusvalorar a sus adversarios
políticos que, desgraciadamente para ellos, están en el
poder.
Se celebraran pronto elecciones municipales y Zapatero… ¿se
presenta a alguna alcaldía? ¿no?, pues, ¿a qué viene ese
cuento de los peperos atacándole a troche y moche en los
mítines? ¿Por qué no se dedican a prometerles a los vecinos
todo lo mejorcito que se les ocurran?
Mejor que no prometan nada, para lo que sirven las promesas
peperas si luego resultan que le dan al violín que es un
primor. ¿Qué no?, pregúntenselo a la Botella o al Ruiz-Gallardón…
el botellón de la contaminación de la capital del país no
tiene parangón en la historia de las excusas pamplinas. Mira
que colocar los detectores de contaminación en Villaverde de
Abajo y no en la plaza de esa señora que lleva un carro
tirado por leones, cosa nunca vista. Lo de los leones.
Ya ven Vds. lo del jaleo de los egipcios contra su faraón.
Total ¿para qué? Si el ejército vuelve a dirigir el país
como siempre lo ha sido. Faltará poco para que un nuevo
faraón se sienta en el trono de Ra. Pobre egipcios.
Menos mal que los españoles somos otros. No nos creemos
palabras que tiene la sandez como bandera y por eso no nos
ofendemos si el vicesecretario de desinformación del PP,
Pons o algo así, nos compara con ellos.
Lo que haría, si tuviera poder para ello, sería mandarlo a
la porra como a aquellos entrañables personajes del libro de
Álvaro de Laiglesia de inolvidable recuerdo.
Los del PP se van pareciendo cada vez más a la peor llamada
“princesa del pueblo”… o tal vez ésta sea la que asuma la
identidad de los peperos. Reflexionemos.
Mientras escribo este articulillo, de nada, veo la tele. La
cadena denominada la Sexta, madridista declarada.
Por la hora veo que están dando una bazofia denominada
“Princesas de barrio”… ¿cómo se les ocurre hacer eso?,
cambio de canal y desciendo un número. La 5 es peor, ni el
“pum” de la serie me interesa.
Apago todo, termino de ensuciar esta hoja y me voy a la
cama. La novela de los ángeles y demonios me causa risa
desternillante, pero al menos me lo paso “pipa” antes de
dormirme, sin que la pipa me llame la atención.
Bona nit.
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