Lejos de lo que suele ser habitual, Melilla ha sonado mucho
a comienzos de esta semana en la prensa nacional e
internacional por una noticia curiosa y positiva: nuestra
ciudad estará vigilada desde las alturas por el famoso Toro
de Osborne, que ha accedido a la petición popular que se
había propagado por las ondas radiofónicas y las redes
sociales para implantarse en Melilla.
La empresa no se ha visto sorprendida por la repercusión
mediática que ha originado la noticia porque esta silueta
taurina siempre ha despertado el interés de los medios. Sin
embargo, este Toro será diferente porque es el primero que
surge del clamor de Internet y, además, permitirá su retorno
a tierras africanas.
El Toro de Osborne es uno de los grandes iconos
publicitarios de España, y uno de los pocos que ha ido más
allá de la marca que representa para convertirse en el
símbolo de todo un país. A lo largo de sus 54 años de vida,
los más de 500 ejemplares del famoso Toro que llegaron a
existir han sido fieles compañeros de viaje de muchos
españoles en sus largos desplazamientos por tren o
carretera. Hoy sólo sobreviven 90, pero eso no ha supuesto
un descenso de la popularidad y el cariño que esta enorme
silueta taurina recibe de la población. Más bien todo lo
contrario.
La empresa Osborne lo ha podido comprobar con el ejemplo de
Melilla, donde el clamor popular extendido por las ondas
radiofónicas y las redes sociales ha conseguido atraer a uno
de sus famosos toros hasta este pequeño rincón español del
Norte de África.
Todavía no hay fecha para que nuestra ciudad empiece a ser
vigilada desde las alturas por el imponente toro inmóvil,
pero ya ha dado mucho que hablar desde que se anunciara a
principios de esta semana en la prensa nacional y hasta de
fuera de nuestras fronteras. El Toro de Osborne ha avivado
los foros sociales y mediáticos con su decisión de volver a
pisar tierras africanas, después de que el ejemplar de
Ceuta, el único que había en este continente, fuera retirado
hace muchos años.
En el Puerto de Santa María, sede central de esta importante
empresa bodeguera y de alimentación con más de 200 años de
historia, no ha pillado por sorpresa la polvareda que ha
levantado el Toro de Osborne al coger carrerilla para saltar
el charco. Están acostumbrados a que su gran icono despierte
un gran interés en los medios de comunicación. Sin embargo,
sí reconocen que el futuro Toro de Melilla tiene algo de
especial: no sólo supondrá el regreso del emblema a África,
sino que además es el primero nacido de una petición popular
surgida a través de la red de Internet.
Iván Llanza, director de Comunicación de Osborne S.A.,
explica en declaraciones a este Diario que este hecho no es
más que un reflejo de cómo las redes sociales “han cambiado
la forma de interactuar de la gente”. La petición de casi
2.000 personas unidas al grupo de Facebook ‘Por la
implantación del Toro Osborne en Melilla’, unida a la
solicitud formal de la Ciudad Autónoma, han favorecido que
la empresa decidiera decir sí a la posibilidad de implantar
un nuevo ejemplar en nuestra ciudad pese a que en los
últimos tiempos se había visto obligada a priorizar por “el
coste y el esfuerzo que suponen para Osborne la instalación
y mantenimiento de cada nuevo toro”.
“El lugar idóneo”
En el caso de Melilla, la cosa estuvo clara prácticamente
desde el principio: “Realmente no encontramos ningún motivo
para decir que no”, apunta Llanza poco antes de revelar que
responsables de Osborne ya han estado estudiando sobre el
terreno el proyecto de traer el Toro.
En una “visita de inspección”, la empresa analizó todos los
lugares propuestos por la Ciudad Autónoma para buscar el
mejor emplazamiento, aunque al final decidieron que el
Barranco de Cabrerizas “es, sin duda, el lugar idóneo”
porque es el punto de Melilla “desde donde se divisa toda la
ciudad”. “Una vez esté colocado el Toro de Osborne, podrá
divisarse prácticamente desde todos los rincones de Melilla
y la silueta quedará integrada en el paisaje”, señaló el
director de Comunicación de una de las bodegas más
importantes y conocidas de España.
Precisamente esta razón, la gran visibilidad que tendrá el
popular animal de chapado en todo el entorno de Melilla, ha
sido una de las comidillas desde que se hizo pública la
decisión de implantar el Toro de Osborne en nuestra ciudad.
El hecho de que su españolísima silueta se pueda divisar
desde Marruecos ha sido interpretado en algunos foros como
un intento de provocar a Marruecos, país que constantemente
lanza ataques soberanistas contra Melilla.
Sobre este punto, la empresa gaditana lo tiene claro: “El
Toro de Osborne permanece al margen de las polémicas” porque
“para nosotros, es exclusivamente la imagen de nuestra
compañía”. Además, el objetivo de colocarlo en Melilla es
únicamente “dar respuesta a una demanda popular de los
habitantes de la ciudad autónoma”.
De hecho, Iván Llanza asegura que en Osborne agradecen “las
muestras de cariño recibidas hacia un icono de
extraordinaria notoriedad y de un valor cultural y artístico
internacionalmente reconocidos”. En el caso de la petición
de los melillenses por tener en su ciudad un ejemplar del
famoso Toro, la reacción de la empresa fue la “alegría”
porque “siempre es agradable sentir el cariño que la gente
le tiene después de más de 50 años colocados en las
carreteras”.
El Toro de Osborne que vigilará Melilla dentro de unos meses
será el primero que coloque esta empresa desde 2007. Aquel
año, estas bodegas quisieron contribuir a la celebración del
quinto Centenario de Utrera regalando al municipio sevillano
uno de sus iconos. El de Melilla hará el número 91 de los
que hay distribuidos por todo el territorio nacional, fruto
de la conjugación de la tradición del Toro de Osborne y la
modernidad que representan las redes sociales e Internet.
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