Es como únicamente se puede
entender un día como este lunes, en el que se invoca a un
santo que no sé si existió, realmente, o si es uno de los
muchos inventos, de ciertos sectores de la Iglesia, sin más.
Existiera o no San Valentín, lo que no cabe ninguna duda es
que se ha convertido ya, desde hace unos cuantos años, en un
reclamo comercial que, en algunos sectores, salva este mes
de febrero, que aunque corto, arrastra, todavía, la resaca
de lo que fueron las Navidades y, especialmente, el día de
Reyes.
Y que no se me diga que eso ya quedó muy atrás, porque es
cierto que, aparentemente, se las ve muy lejanas a esas
fiestas, pero el uso de las tarjetas implica que esa resaca
la reciba febrero, al haber tenido, en los primeros días de
este mes, el cargo de las compras de aquellas fiestas,
agradables para todos.
Así pues, para seguir metidos en crisis, la llegada de San
Valentín es otro “palo en las ruedas” de ciertas economías
para seguir más apretados, pero ..., es lo que marcan los
tiempos.
Y es que, especialmente, las floristerías, las perfumerías
y, en parte, las joyerías son los puntos a los que se
acercan aquellos que, de verdad, dicen estar enamorados y
otros muchos que, sin estarlo, lo pueden aparentar.
Y al fondo San Valentín, soportando y protegiendo ese
“amor”, no sé si al estilo platónico, o con algún otro tipo
de los actuales, más progres, pero que cuesta trabajo
asimilar y, más trabajo, admitir.
Ahora bien, y bien que hacen, no creo que ninguna
floristería, ninguna perfumería, ni ningún otro tipo de
establecimientos de los que, en este lunes, 14 de febrero,
hicieron una buena caja, se estén preocupando de si San
Valentín es un santo de verdad o si es, simplemente, un
invento de la Iglesia que ahora protege a ciertos comercios,
un día al año.
Y que no se trata de una fiesta pura y simplemente de la
Iglesia Católica, al menos en sus manifestaciones, nos lo
demuestra el hecho de que, en un lugar como Ceuta, en el que
conviven diversas creencias, no es extraño que este día nos
encontremos, en una floristería, con alguien no cristiano
que está comprando el mejor de los ramos de flores o el
perfume más de moda para su mujer, para su prometida o para
..., alguien a quien quiera.
Es día, pues, de cierto tipo de compras, sin más, pero no de
compras por un imperativo religioso, católico.
Además debemos irnos haciendo a la idea de que no es ésta la
única de las fiestas comerciales, con el velo de lo
eclesial, tenemos otras que tienen el mismo acento, van
encaminadas a lo mismo, a vender ciertos objetos, propios de
ese día y poco más.
Y si no, veamos de aquí a poco más de un mes, cuando llegue
San José, que ya ha dejado de ser festivo, prácticamente en
toda España, y que es otro de los días de compras, dicen que
para el padre. El padre bien merecido se tiene ese tipo de
regalos, pero me decía hace poco un comerciante que él
vendía, en torno a ese día, más corbatas que en el resto del
año. Será lo más socorrido para los méritos del padre,
porque ahora con las restricciones en lo relativo a fumar,
las cajas de puros, que eran otro de los regalos, desde este
año van a comprarse mucho menos.
Tenemos un país, los demás serán parecidos, en esto, que con
sólo ver en la televisión tres veces el mismo anuncio, eso
ya se vende sólo, y para San Valentín se han anunciado
demasiadas cosas.
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