En esta ocasión, compartiré con
los lectores de este medio de comunicación algunas
reflexiones en relación a las circunstancias que rodearon la
dimisión de Carolina Pérez a través de la narración de unos
acontecimientos, que comenzaron el mismo día en el que los
ceutíes fuimos informados puntualmente a través de
diferentes medios de comunicación de las desafortunadas
manifestaciones protagonizadas por la ya ex responsable de
Asuntos Sociales. Testimonio que ha significado, tras más de
veinte años de intensa labor dirigida a defender los
intereses de todos los ceutíes, su adiós definitivo de la
política activa tras presentar su dimisión irrevocable como
consejera del Gobierno de la ciudad.
En primer lugar, debo señalar que Carolina Pérez aceptó con
la responsabilidad que le caracteriza, la invitación cursada
por una Comisión Especial del Senado de España, que analiza
en profundidad las nuevas formas de exclusión social como
consecuencia directa del fuerte incremento del desempleo en
nuestro país al objeto, de conocer la situación real de
nuestra ciudad por tanto, compareció con la única intención
de defender, una vez más, los intereses de una Ciudad que
padece especialmente las consecuencias directas de ser
frontera terrestre de España y de la Unión Europea en el
norte de África. Carolina expuso ante los miembros de la
Comisión las conclusiones de un completo informe elaborado
por quienes poseen los mayores conocimientos en relación a
las carencias que padece la sociedad ceutí en una materia
tan sensible. Un completo documento elaborado a partir de
las informaciones extraídas de diferentes estudios
realizados por el Instituto Nacional de Estadísticas, que
demuestran claramente las problemáticas existentes en
nuestra Ciudad y más concretamente, las dificultades que
padecen para acceder al mercado laboral quienes carecen de
la formación adecuada.
A continuación, en respuesta a las preguntas formuladas por
una senadora socialista, complemento verbalmente su
intervención anterior ciñendo problemáticas tan
significativas como el fracaso escolar, la alta tasa de
natalidad y desempleo, el elevado índice de analfabetismo
así como, la falta de formación profesional en un único
colectivo de la ciudad, provocando con ello el profundo
malestar de este segmento poblacional. En ningún momento
tuvo la intención de menospreciar a este colectivo pero,
tras comprobar las reacciones a sus desafortunadas
declaraciones actuó desde la responsabilidad y el compromiso
que le han caracterizado a lo largo de su dilatada
trayectoria política. En primer lugar, expresando sus
sinceras disculpas y posteriormente, presentando su dimisión
irrevocable como consejera del Gobierno de la ciudad.
Algunos líderes políticos en la oposición pretenden
prolongar una polémica mediática que el Gobierno de la
Ciudad zanjó el mismo día que la ex consejera presentó su
dimisión irrevocable. En definitiva, Carolina Pérez, tras
más de veinte años dedicados a la política activa en
beneficio de todos los ceutíes, será recordada por el error
conceptual cometido. Su dimisión será recordada como la
decisión coherente de una mujer valiente comprometida con la
sociedad ceutí en su conjunto, con la militancia popular,
con los órganos de decisión del Partido Popular y con el
Gobierno de la ciudad. Por tanto, cualquier pretensión
proveniente de la oposición política en conseguir rédito
político a través del alargamiento en el tiempo de esta
polémica deberá ser respondida con la indiferencia de una
ciudadanía, que aún espera las disculpas de quien difamó
gravemente a más de veinte mil ceutíes, en su columna de
opinión publicada en el decano de los medios escritos de la
ciudad, el Faro de Ceuta pero, que a diferencia de la
política popular, responde desde la intransigencia más
rancia ratificando sus difamaciones.
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