La comparecencia de la portavoz del Gobierno, Yolanda Bel,
condenando con especial rigor los ataques contra los medios
de comunicación y contra los periodistas acontecido en la
pasada rueda de prensa de Caballas, ha despertado las iras
de la susceptible Coalición que, entiende la libertad de
expresión como “su” libertad a arremeter contra el resto,
pero no como la libertad de “todos” de opinar libremente
sobre “ellos”.
Lógico que, la portavoz, aclarara que, el medio atacado ha
sido El Pueblo de Ceuta en concreto, por lo que no cabía
generalizar, máxime cuando, alguno de los presentes son
compañeros de columna de Aróstegui en un diario y hubiera
resultado de mal tono el enfrentarse con un colega, aunque
lo que estuviera en juego fuera la honorabilidad de
veintidós mil ceutíes. No es el caso de este diario que,
libre de “intereses creados” goza del inmenso privilegio de
que, nuestra gente, pueda expresar con libertad sus ideas e
ideales, luchar por sus valores y exaltar sus creencias. Por
mucho que, esa actitud, pueda sobrellevar un coste. Lo
asumimos y lo encajamos. Nosotros somos así.
Pero las iras de Caballas se desplazaron en fecha de ayer de
El Pueblo de Ceuta a la portavoz Bel y la acusan de
“intentar meter avispas en Caballas”¿ Y por qué? Pues por
exponer lo que opina absolutamente toda la ciudadanía: que
Aróstegui se ha comido a Alí. Y a la vista está el
protagonismo de cada cual y la progresiva opacidad del lider
de UDCE que se va diluyendo lentamente, de forma nada
teatral, sin estridencias, adquiriendo inconsistencia e
imitando, puede que sin proponérselo, el talante desabrido
de su número uno.
Yolanda Bel no ha “metido avispas” ni nosotros (dicho sea
con la boca pequeña) somos los mundialmente conocidos
“moscardoncillos rompepelotas” nosotros somos muy buenos y
muy talentosos, eso lo sabe “todo” el mundo. Y Yolanda, que
dialécticamente es bastante crack, no hizo sino constatar
realidades, dar fe pública de lo evidente, vocalizar la
creencia generalizada y señalar de forma suspicaz como
Mohamed Alí, que hubiera podido ser un buen político, va
reciclándose en Juan Luis Aróstegui, como una sombra
chinesca, como “la voz de su amo”, como una caricatura en
menos dantesco, como un hermano siamés que se hubiera
quedado encanijado, como si Aróstegui fuera en uno las
otrora famosas “Hermanas Maravilla” y al desdichado Mohamed
Alí, el Universo le hubiera asignado el triste papel de ser
“los monos amaestrados”. Sí, en efecto, a “esas” célebres
“Hermanas Maravilla con sus monos amaestrados” que
recorrieran los circos allá por los años sesenta sembrando
de alborozo toda la geografía española. Las Hermanas, en
efecto no eran “demasiado” jóvenes, pero rebosaban picardía,
incitaban a la carcajadota grosera y los simios tampoco
estaban en “excesiva” buena forma. Mérito tenían.
Y todo ello para constatar y reafirmar que, la portavoz Bel,
ni ha soltado avispas, ni ha mentido. ¿O es que ella es la
culpable de que a la Coalición Caballas le llamen la
“Coalición Calatrava” en homenaje a los Hermanos Calatrava
que tan entrañablemente nos divirtieron durante el
franquismo? ¿Es que la educada y cortés Yolanda es quien
compara malignamente a los coaligados con el ventrílocuo
José Luis y su adorado pajarraco Rockefeller? Pues no, no es
ella, es la gente que tiene muy mala baba y como veintidós
mil insultados son muchísimos, las babas llenan un pantano y
todavía rebosan.
¿El pecado de los moscardoncillos rompepelotas de El Pueblo
de Ceuta? Estar dispuestos a “estar” y a ser honrados,
honestos y consecuentes con sus ideas, reciban o no reciban
muestras de reconocimiento o de gratitud por parte de “los
de arriba”. Realmente, si ponemos los cojones sobre la mesa
donde haga falta y se tercie (con perdón de la palabra,
mejorando la presente y siguiendo las normas de protocolo
fijadas por la UE de obligado cumplimiento, más la apostilla
de Estrasburgo) esa postura coherente es por “los de abajo”
por los veintidós mil, que hoy son unos cuantos- bastantes
más, porque formamos parte integrante de esa ciudadanía, que
no quiere ser silente, sino tener voz propia y tratamos de
hacerlo como buenamente podemos, a nuestro entender, que es
el entender del pueblo, amen del entender de El Pueblo,
independientemente de recibir o no recibir méritos o
desméritos de quienes a todos representan. Eso es lo de
menos.
Lo de más es que no nos va a picar ninguna avispa, porque
usamos repelente y porque tenemos el pellejo blindado y la
cara de los moscardoncillos está más blindada aún. Aunque,
si los Caballas y su solista particular hacen caso de los
consejos de Yolanda Bel de ser “educados, democráticos y
respetuosos” con nosotros, que no con los medios, porque
nosotros somos los únicos que hemos dado la cara, no nos
harán falta los repelentes de insectos. Al blindaje no
podemos renunciar porque viene de fábrica, es copyrigth
inherente a la condición de moscardoncillos rompepelotas y,
ni podemos mutar, ni nos podemos desvirtuar, eso sí, previa
licencia, nos dejamos clonar. ¿No les había advertido de lo
buenos que somos?.
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