Los proetarras quieren presentarse
a las próximas elecciones municipales para tratar, con ello,
de alcanzar algún que otro municipio donde poder gobernar.
Para ello, el nuevo partido que trata de ser legalizado,
dice que rechazarán la violencia de ETA, pero no dicen nada
de condenar los actos violentos, entre ellos los asesinatos
o atentado que la banda terrorista pueda cometer. O sea como
decía la sabia de mí abuela “los mismos perros con distintos
collares”.
La izquierda abertzale, que siempre ha justificado los
atentados de ETA, ha presentado unos estatutos para volver a
las instituciones, en los que dice que rechaza la violencia
de ETA. Más de lo mismos, para que nada cambie, para que
todo siga igual.
Todos estos señores que conforman el nuevo partido, tienen
menos credibilidad que las que da en el programa “Sálvame”
Lydia Lozano, esa señora que fue capaz de resucitar a la
hija de Al Bano, incluso enseñando una fotografía en la que
mostraba que estaba viva. Bueno, a decir verdad, la misma
credibilidad que ella tiene los restantes contertulios en
cuanto deciden dar una exclusiva de tal o cual personaje del
mundo del corazón, por las noticias recibidas de sus
fuentes. Unas fuentes que, a la hora de la verdad, no
aparecen por ningún lado.
Los dos grandes partidos, PSOE y PP, tienen diferentes
puntos de vista respecto a lo que dice la izquierda
abertzale de que rechazarán la violencia de ETA.
Para el PSOE la nueva Batasuna da “un paso positivo que debe
acompañarse de hechos palpables. Los únicos hechos palpables
que existen es que la banda terrorista entregue las armas.
Lo de rechazar los actos violentos no es más, que la misma
música con la misma letra de otras ocasiones.
Para le PP la única fórmula que hay, en estos momentos, es
que no se les deje concurrir a las elecciones, pues siguen
sin creerse nada de lo que dice la nueva Batasuna
Uno de los dirigentes de este nuevo partido de Batasuna,
Etxeberría, habla de condenar a ETA si vuelve a actuar en el
futuro, pero guardó silencio sobre los cientos de asesinatos
cometidos por la banda terrorista. Y es lógico que guarde
silencio sobre estos asesinatos de personas inocentes,
porque él y muchos de los que estaban en el acto de
presentación del nuevo partido fueron dirigente de Batasuna
y apoyaron o justificaron los crímenes de ETA.
Ante la presentación de los nuevos estatutos, el ministro
del Interior ha dicho que remitirá la inscripción a la
Fiscalía General del Estado, que casi con toda seguridad
solicitará a la sala 61 del Tribunal Supremo que se
pronuncie sobre la legalización de la nueva Batasuna. El
Tribunal Supremo tiene la última palabra.
Si ETA se hubiese disuelto y hubiese entregado las armas, no
habría motivo alguno para denegar la inscripción en el
registro del nuevo partido. Mientras esto no ocurra y la
banda terrorista se reserve el derecho de volver a asesinar
cuando considere que el Estado no cede a sus pretensiones,
no debería haber legalización alguna de la nueva Batasuna.
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