Desde cableado de fibra óptica a instalaciones de
climatización: bajo la piel y en los tejados del Auditorio
de La Manzana del Revellín hay un mundo de aparatos que
comenzarán a palpitar para que el edificio cobre vida.
Las formas arquitectónicas creadas por Álvaro Siza para el
complejo cultural ceutí son limpias y de una aparente
sencillez. Líneas rectas rotas tan sólo por la curvatura de
la fachada principal del Auditorio, escasos vanos abiertos
en los imponentes paramentos y un blanco inmaculado son
algunos de los rasgos que marcan el aspecto exterior de la
arquitectura de Siza para Ceuta. Estos principios se
reproducen en los interiores, en los que todas las
instalaciones permanecen ocultas a la vista. No hay aparatos
de climatización en las paredes y el arquitecto cuida y
elige incluso detalles como el aspecto final de los sistemas
contraincendios.
Esta sencillez llevada a la decoración interior contrasta
con la maraña de cables y todo tipo de mecanismos que
proporcionarán calidad a la acústica y escenografía de la
sala, confort y todo tipo de servicios relacionados con las
nuevas tecnologías de la comunicación y la información.
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