Cualquier día acabaremos leyendo en ‘Público’: “El presunto
violador, habitual votante del PP...”. La noticia no es lo
que hace o deshace el Gobierno, sino que el Partido Popular
se opone. En el caso de Egipto, la izquierda ignora el
islamismo y se queda con ‘el pueblo unido’ y todo eso.
No, en serio, esto ya empieza a ser ridículo. En España
pasan cosas, y, de las cosas que pasan, buena parte es
responsabilidad del Gobierno, como en todas partes. Para
este periódico, “La situación de ZP es insostenible”. Vale,
digamos que esa no tiene por qué ser la noticia más
relevante para todo el mundo, pero ‘ABC’ titula: “El PSOE,
en caída libre”, e incluso ‘El País’ sale con algo que puede
interesar al personal: “Hacienda permite a las autonomías
refinanciarse como Cataluña”. Pero ‘Público’ ha enloquecido
totalmente, convencido de que la noticia del día es que,
atención, “Rajoy gana 200.000 euros”. Bien que esté en modo
‘salvar los muebles’, pero, ¿no puede mantener un mínimo de
vergüenza torera-periodística? ¿Puede poner el grito en el
cielo ante esa cifra el periódico de Jaume Roures, de
fortuna incógnita amasada a la sombra del Poder –sólo en
concepto de subvenciones a un cine que nadie ve se lleva una
pasta, compruébenlo–? ¿Tan bajo ha caído el rojerío de la
pluma?
El PP es el protagonista en ‘Público’, copando prácticamente
su primera; un marciano que bajara a la Tierra y comprara
ayer ‘Público’, después de ser aleccionado sobre los fines
teóricos del periodismo en democracia, concluiría que en
España gobierna el Partido Popular, probablemente como
partido único.
Debajo de la gran exclusiva, “De Madrid al infierno”,
titular informativo y neutral donde los haya en el que hace
la crónica de la contaminación en Madrid. Barcelona anda
casi a la par, también ‘suspenso’ según criterios
internacionales, pero ni un recuadro, que en la Ciudad
Condal no gobierna el PP. ¿Soy el único en verlo patético?
Pero es que uno pasa la página y el primer tema del
periódico es “El PP ataca el acuerdo del Gobierno con
Catalunya”. ¿Tan importante es la opinión del PP? ¿Tan
trivial es el acuerdo en sí mismo? Uno espera llegar a la
página de sucesos y leer algo como “... el acusado de
violación, habitual votante del Partido Popular...”.
¿Y los rojos de antes?
El jefe de ‘Opinión’, Marco Schwartz, incide en el sueldo de
Rajoy en su columnita, naturalmente: “Algo muy preocupante
sucede en una democracia para que el principal líder de la
oposición hurte a los ciudadanos una información elemental
como el monto exacto de sus ingresos”.
No tengo el gusto de conocer al señor Schwartz, pero si es
un izquierdista honrado y auténtico, no me creo que pueda
escribir cosas así y fingir que es escandaloso lo que
denuncia sin sentir escrúpulos por trabajar para un
millonario que ha multiplicado su fortuna a base de buenos
contactos en el poder. Manel Fontdevilla, en su viñeta,
presenta a Zapatero y Rubalcaba –la extraña pareja–
observando a Rajoy repartir consignas demagógicas y
preguntándose si no será útil emplear la demagogia para
ganar elecciones. No, no me creo que crean por un momento
que el PSOE no exuda demagogia, derrama demagogia, hace
llover demagogia sobre las masas. Piden demasiado, incluso
de sus forofos lectores.
Recalo en la columna de Isaac Rosa con verdadero alivio: he
aquí un comentarista rojo que hace opinión de izquierdas,
poniendo de vuelta y media medidas ‘liberales’ impuestas por
un Gobierno supuestamente ‘de progreso’. Habla de la
propuesta de vincular aumento salarial y productividad, y
dice lo que corresponde, lo esperable, lo suyo. Con muchos
así, esta sección sería más interesante, pero también más
difícil.
También me gusta Javier Vizcaíno, que cada día nos
pone de vuelta y media en su columna sobre los medios, pero
nos saca y nos reproduce (in extenso): “Es la misma trampa
de la misma ETA”, aúlla en primera [LA GACETA]. Aullamos.
Los Hermanos... ¿qué?
La revuelta de Egipto se demora y lo de Tahrir va quedando
en algo entre un concierto de rock y una ‘kedada’ de
ciberamigos, y la prensa progresista vacila entre el
cansancio y el gozo de tener una causa con la que consolarse
de la traición del PSOE. “El pueblo egipcio presiona para
acelerar el traspaso de poder”, titula ‘El País’, que es lo
mismo que decir “sin novedad en el frente”, y en la página
enfrentada, “La ciudad de la alegría”, que, vale, deja claro
la trémula emoción del redactor del diario global, pero no
ofrece al lector demasiada información.
En general, en este tema que nos pilla un poco lejos, ni
izquierda ni derecha tienen nada bueno que decir del régimen
de Hosni Mubarak, pero la primera está algo más ciega –ese
optimismo antropológico, que les pierde– ante el peligro de
que los Hermanos Musulmanes aprovechen el vacío de poder
para reproducir algo similar a lo que vemos en Irán. Y es
que el pueblo, unido... Bueno, ya saben todo eso.
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