El 31 de julio del pasado año, monseñor Antonio Ceballos
Atienza, obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta presentaba
su renuncia al Sumo Pontífice Benedicto XVI al llegar a la
edad de 75 años. Ahora, mientras espera conocer a su sucesor
abre su corazón y muestra su amor por este trabajo que ha
venido desempeñando desde hace 49 años. Ceballos Atienza fue
ordenado sacerdote en junio de 1962, y desde entonces ha
desempeñado, entre otros, los cargos de Director espiritual
del Seminario Mayor de Jaén en Granada. Delegado del Clero
en 1967. Rector del Seminario Mayor de Jaén y Profesor de
Teología (1972). Delegado del Clero y de Vocaciones (1977).
Director del Secretariado de la Comisión Episcopal del Clero
de la Conferencia Episcopal Española (1985).
Pregunta.- Don Antonio, el próximo 29 de junio del presente
año cumplirá 49 años desde que fuera ordenado sacerdote,
durante todo este tiempo ha venido desempñando numerosos
cargos dentro de la Iglesia. ¿Cuál de todos ellos recuerda
con especial cariño? ¿Ha habido alguno de ellos del que no
guarde un buen recuerdo?
Respuesta.- Yo recuerdo con cariños, todos ellos. Te diré
por qué. He visto en ellos durante este tiempo que en mi se
cumplia la voluntad de Dios. Lo que Dios quería que hiciera
lo he ido realizando y eso he de recordarlo con mucho
cariño. He dejado hacer a Dios en mi vida, por eso me ha ido
muy bien. Para mi el día más grande fue el día de mi
ordenación de cura y otro día muy grande fue también el día
de ordenación de Obispo. Aunque uno de los días más
importante, del cual no guardo recuerdo fue el de mi
bautismo. Ser cristiano es lo más grande que se puede tener,
pero después ser sacerdote en esta hora y en este tiempo,
como ser obispo en este momento también. Ser obispo de Cádiz
y Ceuta; ser obispo de los ceutíes para mi es un gran gozo.
He sido feliz pese a algunas dificultades. Y sigo siendo
feliz y estoy haciendo todo lo que puedo en este momento.
P.- Por lo que se desprende de su biografía su vocación
fue bastante temprana. ¿Por qué eligió el camino del
sacerdocio?
R.- Mi vocación comenzó en aquel momento con 16 años
cumplidos, temprana pero no muy del todo. Entonces elegí
este camino porque realmente me sentía llamada por el Señor,
y luego una vez que entré en el Seminario, poco a poco fui
descubriendo que esta elección que el Señor te hace es la
que quieres para ti y vas eligiendo ese camino, libremente,
en medio de las dificultades que siempre hay en los momentos
históricos en los que vives. Sobre todo me sentí llamado por
el Señor el día que me llamó el obispo de entonces, ese fue
el momento culmen en la llamada.
P.- ¿Qué objetivos se marcó en el momento de su
ordenación? ¿Han cambiado esos objetivos con el paso de los
años?
R.- Mi objetivo, y eso nunca se me olvidará, fue ser un buen
pastor, un pastor bueno, mi ilusión era estar dedicado al
pastoreo en la Parroquia. Ser un buen sacerdote de
Jesucristo y para siempre. Esto lo puse en mi estampa de
ordenación, puse ‘Sacerdote de Jesucristo, para siempre’, y
llevo con este lema 49 años, ‘para siempre’.
P.- ¿Cuál ha sido su máxima durante este tiempo? ¿Cree
que ha conseguido hacerla llegar a la sociedad que le
conoce?
R.- Para mi la máxima era Evangelizar. Estar al lado de
todas las personas, sobre todos los pobres, los humildes,
eso para mi ha sido mi fuerza, eso siempre me ha ayudado
mucho y he intentado llevar la palabra de Jesús a todos.
P.- ¿Ha notado cambios en la Iglesia en estos 49 años?
R.- Muchísimos. En los años que fui ordenado sacerdote es
cuando comienza a notarse ya los cambios que se van a
producir, cambios en lo social, en lo político e incluso en
lo económico. Se celebra el Concilio Vaticano II en los años
60. Los cambios han sido fuertes, todos los he padecido y al
frente del servicio a la Iglesia muy delicados, pero
realmente esos cambios han llevado poco a poco a un proceso
de secularización en la sociedad y se ha creado un clima de
enfriamiento en la vida de fe, en la vida de amor, hasta el
punto de que en ocasiones ha habido un poco de anemia de fe
en los cristianos y ha habido un poco de debilitamiento de
la vida cristiana. Pero no obstante Jesucristo está vivo y
presente entre nosotros, por eso la Iglesia está viva y
sigue luchando por Evangelizar, y sigue adelante y se sitúa
a la altura de los tiempos pese a las dificultades
existentes.
P.- ¿Cuál de estos cambios ha sido para usted el más
positivo o se podría considerar que ha marcado un antes y un
después en la Iglesia?
R.- De estos cambios que hemos vividos el más positivo ha
sido el de la purificación cristiana. Los cristianos de hoy
son unos cristianos puros. La Iglesia quiere pasar haciendo
el bien en esta sociedad del siglo XXI, a todas clases de
personas, abierta. En estos 49 años hemos tenidos Papas
magníficos todos ellos. Pontífices de máxima categoría como
Juan XXIII, PabloVI, Juan Pablo I, Juan Pablo II y Benedicto
XVI.
P.- ¿Cree que la Iglesia tiene alguna asignatura
pendiente?
R.- La Iglesia siempre está abierta y atenta a todo. La
Iglesia es la iglesia del amor, de la caridad, la esperanza,
de la fe.
P.- ¿Se mantiene un ritmo constante de ingresos en el
sacerdocio o en este aspecto la Iglesia podría estar
hablando de crisis?
R.- Como he dicho antes la Iglesia está viva. Si lo miramos
a nivel mundial quizás si se pueda hablar de un leve
retroceso a las ordenaciones pero existen zonas donde el
sacerdocio esta muy vivo. En la Diócesis de Cádiz y Ceuta
actualmente tenemos 18 seminaristas y en breve serán
ordenados dos nuevos sacerdotes. Una cifra bastante elevada.
P.- Precisamente dentro de un mes iniciaremos la Cuaresma
y por tal motivo existen numerosas hermandades y cofradías
que están ultimando los detalles para procesionar y realizar
protestación pública de su fe ¿Cree que la formación
cristiana en las cofradías es la idónea o sus integrantes
deberían cuidar más este aspecto?
R.- Las cofradías en los últimos años han tomado un buen
camino y están trabajando y de forma muy constante en la
formación cristiana. Este trabajo se está viendo reflejada
en la vida diaria de estas corporaciones y posteriormente en
el momento culmen de estas que son la celebración de su
Estación de Penitencia.
P.- El pasado día 31 de julio cumplía usted 75 años y
presentaba al Vaticano su renuncia, por lo que se encuentra
a la espera que se nombre su sucesor. ¿Hay alguna noticia al
respecto?
R.- Si, el pasado día 31 de julio hacia llegar al Vaticano
mi renuncia como Obispo al haber alcanzado la edad de 75
años. Esta carta ya la ha recibido Su Santidad Benedicto XVI
y me ha respondido con cariño, a través de otra misiva y
solicitándome que espere un poco más como obispo mientras se
designa mi sucesor.
|