Como todo lo relacionado con el proyecto de Álvaro Siza para
Ceuta, tanto el color como la pintura exterior del complejo
cultural han sido cuidadosamente escogidos. El arquitecto
hizo varias pruebas antes de decirse por un blanco grisáceo.
Su intención era regular la intensidad para evitar
deslumbramientos en las horas y épocas de mayor insolación.
La pintura es mineral, impermeable y de larga duración.
Álvaro Siza no siempre ha escogido el blanco para sus obras.
Así lo señalaba en una de sus visitas a la ciudad, en la que
desde un principio entendió que predominan los colores
blancos, algo comprobable cuando Ceuta se mira “a vista de
pájaro”.
De este modo y poco a poco, a medida que avanzaba la obra,
el blanco se fue adueñando de esta céntrica manzana ceutí.
Pero el trabajo de Siza no se limitó a la elección del
blanco, en varias de sus últimas visitas, la dirección
técnica de la obra le ha tenido preparadas muestras de
diferentes tonos aplicadas sobre distintas fachadas. En su
penúltima visita, la que realizó en noviembre pasado, el
arquitecto eligió, de los tres tonos pintados en la fachada
interior del Auditorio, el que tenía una tonalidad más gris.
Entonces volvió a explicar el motivo: desea que la plaza
central sea un lugar agradable de estancia para el paseante
incluso cuando el sol brilla con toda la intensidad que lo
hace en Ceuta.
Con el fin de que la coloración sea lo más duradera posible
y de que, por tanto, el complejo requiera de un menor
mantenimiento de sus fachadas, se ha empleado una pintura
mineral de emulsión de silicato que es impermeable, evita la
formación de microorganismos y además es “ecológica y sin
riesgos para la salud”. Para lograr una buena cubrición se
aplicarán tres manos de pintura. A las características del
producto empleado se han sumado además otras precauciones
para que las fachadas se ensucien lo menos posible. Así, en
los bordes de las cubiertas se han instalado unos pinchos
que impiden que las gaviotas y otras aves se posen en ellos.
En la visita que realizó con Siza el pasado día 4, el
presidente de la Ciudad, Juan Vivas, señaló la necesidad de
que para la inauguración, que se llevará a cabo el día 24,
se adecenten también las fachadas de la parte privada del
complejo. Desde la plaza destacan, tal como quiso Siza al
diseñar las esquinas abiertas de La Manzana, las figuras de
algunos edificios singulares de la ciudad, uno de ellos, el
modernista de la esquina del Revellín con Méndez Nuñez,
recién restaurado, y el otro, la sede del Museo de Ceuta,
que también requeriría, según señalan los técnicos, de un
repintado para la ocasión.
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