Pero debo respetar a los que sí lo
hacen y no hay razón para que, quienes son mayoría, se vean
marginados, con el perjuicio que eso está trayendo a ciertos
sectores, especialmente al de la hostelería, que se ha visto
muy afectado por esta ley que lleva poco más de un mes
actuando.
Ya está bien de políticas prohibitivas en unos casos y de
permisibilidad, pseudo progresista en otros, con actuaciones
más que discutibles.
La ley anti tabaco, en poco más de un mes que lleva vigente,
está dejando una huella y unas secuelas que ya veremos como
se pueden paliar. Hasta ahora está siendo, profundamente
nefasta, en sectores que, hasta hace poco tiempo,
proporcionaba muchos puestos de trabajo, que habrá que
analizar, antes de que llegue la Semana Santa, para ver si
no es otro de los focos que va a proporcionar una subida del
paro, incluso más de lo que hay ahora mismo.
El personal, y no hay que dudarlo, está cumpliendo, a
rajatabla, esa prohibición de fumar. Los camareros o los
dueños de los bares y restaurantes no tienen más remedio
que, siempre con mucho tacto, impedir que se fume, en sus
establecimientos, pero esos mismos camareros y esos mismos
dueños de bares y restaurantes, van viendo, cada día que
pasa, que la caja va menguando, al final de la jornada, pero
todavía no han recibido ninguna notificación de los
organismos recaudadores diciéndoles que, desde el 1 de enero
van a pagar menos impuestos.
¿Cómo se va a sufragar esto?. No veo que sea demasiado
fácil, aquí o en mi pueblo, con las iniciativas nuestras o
con las iniciativas a instancias de Alemania, por ejemplo.
Y es que, aquí ha llegado a tal grado el síndrome de la
gilipollez que nos creemos todas las recomendaciones que se
nos van haciendo, desde el otro lado de los Pirineos, como
si los franceses o los alemanes, en algún momento, se
hubieran interesado “por nuestra salud” económica o de otro
tipo.
Que Ángela Merkel aparezca ahora como nuestra consejera de
cámara está bien claro con qué intenciones va, con la idea
de rellenar, momentáneamente, ciertos huecos de
especialistas puntuales, que ella no tiene y que llevándolos
de aquí le van a solucionar, por ahora, su papeleta, a un
precio mucho más barato y sin haber tenido ella que hacer el
primer desembolso. Y nosotros nos lo creemos todo.
Como nos creemos que por no fumar, mientras nos tomamos el
primer café, o el segundo de la mañana, ya vamos a erradicar
una serie de enfermedades en tres meses.
¡Ojalá fuera cierto!, pero no he oído a ningún experto en
medicina, digo experto y no politiquillo/a de tres al
cuarto, que fumar represente tantas calamidades como se le
pueden achacar, y estoy escribiendo esto cuando alguien de
mi propia familia, que ha fumado mucho, está en una
situación complicada, muy complicada, con un cáncer de
pulmón.
Pero partir de que esa enfermedad le ha sobrevenido por
fumar, tan sólo por eso, ya es querer saber más de lo que
sabemos hoy.
Hasta ahora, y esto sí que está demostrado, y es demostrable
hoy y mañana, lo único que ha traído la ley anti tabaco es
que negocios que eran rentables se están quedando sin
clientela, con lo que mucho tendrán que cerrar, porque la
caja no va a dar para pagar a los empleados y los impuestos.
¡Ah!, que conste que yo no fumo, ni tengo ningún
restaurante.
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