Hemos escrito tanto obre las
Autonomías que, en varias ocasiones mentes pensantes de
nuestro país, en artículos de prensa, nos han venido a dar
la razón sobre el despilfarro que supone que algunos
gobierno autonómicos, por tener una clientela que les dé sus
votos, han ido cometiendo a lo largo de los años.
Sólo basta con echar una mirada a la situación financiera de
Cataluña para darse cuenta del despilfarro económico que ha
llevado a cabo bajo su mandato el tripartito, repartiendo
millones en la creación de embajadas que no valen para nada,
puesto que las únicas embajadas que reconocen en Europa son
las Embajadas de la única nación reconocida que es España.
Pues bien, la revista Temas, cuyo consejo de redacción
preside el diputado del PSOE, Alfonso Guerra, ha publicado
en su número de este mes una tribuna en la que un
economista, Manuel Muela, defiende la “constitución
inmediata” de un “gobierno de emergencia nacional” para lo
que resta de legislatura, cuya primera medida sería la
aprobación de una ley orgánica que suspenda las autonomías,
como paso previo a una revisión constitucional” que “permita
recuperar para el poder central la mayoría de las
competencias transferibles” a las comunidades.
Maula converge en su crítica en muchos de los planteamientos
que ha venido exponiendo en las últimas semanas José María
Aznar en actos del Partido Popular y de la Fundación FAES.
Aunque, naturalmente, esto no le guste a la señora Iglesias
que no puede ver a Aznar ni en pintura, ya que le acusa de
todos los males que padece nuestro país, sobre todo por la
guerra de Irak, sin saber o no querer saberlo, esto último
sería lo más acertado que, precisamente, Aznar no fue el
primer presidente español que envió tropas a Irak.
Muela escribe en ese artículo, que las Comunidades Autónomas
se han convertido “en la práctica en contrapoderes estatales
con vicios agudos y con escaso sentido de la solidaridad”.
Esto recuerda a la reciente afirmación de Aznar en Madrid
que “España no puede competir ni en Europa, ni en el mundo”
con “unas comunidades aspirando a convertirse en miniestados”.
Pero Muela va mucho más lejos y propone, de manera urgente,,
“un gobierno de gestión” que se haga cargo del país y
apruebe una ley orgánica “suspendiendo los organismos e
instituciones autonómicas”. “Se ganaría eficacia y se
produciría una disminución inmediata de gatos en beneficio
de una reducción significativa del gasto público.
Cierto es que se ha invertido más dinero que nunca en
formación, pero se ha hecho al margen de las necesidades del
mercado de trabajo y con una inflación de centros
universitarios – fruto de la política de escaparate de las
comunidades autónomas - que ha primado la cantidad sobre la
calidad.
Podía besarme después de haber leído lo publicado en la
revista Temas, pero no lo voy a hacer porque han sido tanta
las ocasiones, en las que he criticado los despilfarros de
las comunidades autónomas, catalogando a los nacionalistas e
independentistas de aldeanismo puro, que no merece la pena
que me bese, a pesar de que se me dé la razón por personas
muy cualificadas en el tema.
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