Hace apenas dos meses que ha
tomado las riendas de Cruz Blanca como superior de los
Hermanos Franciscanos pero Juan Ignacio Vela ya se ha
replanteado retos tan importantes como el que Ceuta opte, en
las próximas convocatorias, al sello de calidad en
Dependencia. Para ello, sería necesario terminar las obras
que permanecen sobre la casa de El Sardinero aunque con el
hándicap de un déficit de más de medio millón de euros, por
ello, uno de los primeros proyectos que pondrá en marcha
Vela será la campaña ‘Ladrillos parta Cruz Blanca’, en la
que podrán participar todos los ceutíes que lo deseen,
asociaciones y administraciones públicas. Otra de las metas,
sumar esfuerzos y recursos en el tejido asociativo ceutí.
Pregunta.- Hace escasos meses que ha aterrizado en la
ciudad, ¿cómo valora esta primera toma de contacto con los
Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca en Ceuta?
Respuesta.- Ha sido muy agradable, tanto por parte de los
hermanos, como de los voluntarios, los asistidos, las
entidades sociales, los trabajadores. Mucha cogida por parte
de todos y con mucha ilusión.
P.- Ahora toma las riendas de una entidad de carácter
fuerte en el entorno ceutí y en plena crisis económica, ¿qué
objetivos se plantea a corto y largo plazo?
R.- Los objetivos son de continuidad, están encaminados. Ya
el hermano Aurelio, de alguna manera, los orientó hacia una
mejora de la calidad con la reforma de la residencia de El
Sardinero; una trabajo que todavía falta por concluir y que
nos va a implicar con muchos recursos humanos, de tiempo y
económicos para poder sacarla adelante. También hemos
ordenado la entidad por dentro para poder llegar a la gente
con el menor coste posible ya que la crisis y los recortes
se han dejado notar.
P.- Con respecto a dicha obra, dice que necesitan
recursos económicos para poder finalizarla...
R.- Vamos a llevar a cabo una campaña que se llamará
‘Ladrillos para Cruz Blanca’ y lo que pretende es conseguir
una parte de ese medio millón de euros de déficit que tiene
la construcción. Por un lado, la ciudadanía podrá participar
activamente en el proyecto y, por otro lado, sensibilizar a
la gente sobre las necesidades que tenemos.
P.- ¿En qué consiste, concretamente, esta campaña y cómo
se llevará a cabo?
R.- Los ciudadanos pueden aportar una cantidad económica que
se verá reflejada con diferentes elementos constructivos
como, por ejemplo, 50 ladrillos por 15 euros, una venta por
100 euros, una aportación que garantice la continuidad de la
obra. Para adquirir estos elementos los ceutíes se pueden
acercar a La Caixa y Caja Madrid y allí encontrarán unos
dípticos donde podrán inscribirse para hacer el donativo.
También intentaremos hacernos llegar en comercios y
entidades colaboradoras a través de buzones.
P.- ¿Este sería su primer proyecto a emprender en Cruz
Blanca Ceuta?
R.- Es el primero pero lo importante sería escuchar a la
gente para ver qué opina y cómo se puede finalizar esta obra
ya que en la residencia del Príncipe tenemos muchos usuarios
en poco espacio.
P.- También hemos podido saber que ejerce de responsable
de Cruz Blanca en Huesca, ¿se nota la diferencia de los
efectos de la crisis a un lado y el otro del Estrecho?
R.- Las comparaciones se deben hacer pero ajustando las
situaciones. Creo que la crisis está afectando igual en
todos los lugares y sectores de la sociedad. Sí que es
verdad que esta crisis está empujando a las personas que
tenían un poder adquisitivo medio-bajo a una situación de
exclusión social y ello ha implicado la movilidad de todas
las entidades sociales para prestar ayuda a este colectivo.
Aún no conozca la situación completa de Ceuta pero según me
comentan, hay muchas necesidades.
P.- ¿Cómo compagina ambas responsabilidades con tanta
distancia de por medio?
R.- Soy consejero general desde hace unos años y dentro de
mis obligaciones estaba la gestión de centros de toda la
organización de Cruz Blanca, que suman las 26 residencias y
los 54 proyectos, aglutinando a más de 900 trabajadores y
más de 3.000 voluntarios. Cruz Blanca necesitaba ir ganando
espacio en criterios de calidad y, por eso, se me encomendó
hace unos años la misión de gestionar los equipos de calidad
de los centros. Para mí el objetivo es que Ceuta esté en las
próximas convocatorias de calidad, también en la gestión. Lo
importante es el equipo humano que hay detrás de mí, con
técnicos muy buenos y hermanos franciscanos. Es fácil crear
ideas cuando tienes un grupo de personas respaldándote.
P.- ¿Qué aporta, de cara al exterior, el sello de calidad
en las residencias que forman parte de Cruz Blanca en
España?
R.- Acredita varios temas; para nosotros, certificarnos en
calidad en la UNE 158.000, que es la norma por la que se
definen los centros de dependencia y nos situaría en primera
línea a nivel nacional. Al usuario le supone que la calidad
existencial de Cruz Blanca no solo se hace sino que se puede
comprobar, siendo transparente ante cualquier ciudadano o
administración.
P.- ¿Qué se plantearía como meta a alcanzar durante el
presente ejercicio?
R.- Me gustaría colaborar con el tejido asociativo de Ceuta
para unir esfuerzos en una misma causa, como por ejemplo,
crear proyectos para interrelacionarnos todos y optimizar
mejor los recursos en tiempos de crisis ya que hay más
necesidades y menos dinero.
P.- Ilusionado, emocionado, ¿cuál sería el adjetivo que
describiría su toma de posesión en Cruz Blanca?
R.- Creo que la ilusión, estar aquí, realizar los proyectos
que tenemos y ayudar de manera inmediata. Y en Ceuta hay
muchas posibilidades para hacerlo. La predisposición la
tengo para poder colaborar en todo lo que sea necesario.
P.- Si tuviera que pedir un deseo...
R.- Sobre todo, salir de la crisis, que la gente no tuviese
que estar viniendo a Cruz Blanca a pedir pan. También sería
un deseo muy bonito poder terminar El Sardinero, donde
pudiéramos dar un hogar a aquellos que no lo tienen y una
casa para los que han vivido tantos años en ella, y poder
hacer allí realidad los sueños de muchas personas de tener
un hogar digno y un calor que los Hermanos Franciscanos de
esta entidad social les podamos dar. |