Sus acciones constituyen una rica experiencia de aprendizaje
que permiten el desarrollo de aptitudes y competencias
sociales contribuyendo, de este modo, a extender la
solidaridad como valor global en la sociedad. Así se definen
y describen los voluntarios, esas personas que sin ánimo de
lucro ni beneficio alguno tienden una mano incondicional a
cualquier otro ser que les pide amparo, refugio, auxilio,
caridad.
Estas y otras motivaciones fueron las que llevaron al
Consejo de la Unión Europea aquel 27 de noviembre de 2007 a
declarar este 2011 como Año Europeo de las Actividades de
Voluntariado que fomenten una Ciudadanía Activa. Año que
hace justamente una semana inauguraban los Príncipes de
Asturias y la ministra de Sanidad, Política Social e
Igualdad, Leire Pajín, con el reto de “fomentar y apoyar el
intercambio de experiencias y buenas prácticas para crear
las condiciones en la sociedad civil que favorezcan el
voluntariado, así como mejorar la visibilidad de sus
actividades”, informaban desde el Ministerio competente.
Pues bien, objetivo que desde hace años vienen cumpliendo
miles de voluntarios en la ciudad autónoma a través de
entidades sociales y ONG’s tales como Cruz Roja, Cruz Blanca
o la Asociación Española Contra el Cáncer (aecc). “Contamos
con 1.002 recursos humanos, entre los que se encuentran
voluntarios activos, esporádicos, asimilados a voluntarios,
el área de Juventud, y solicitantes de voluntariado en
trámite de darse de alta”, señalaban desde Cruz Roja, donde
el perfil del voluntario es el de una persona joven de entre
21 y 30 años, en la misma cantidad aproximada de hombres que
mujeres, concretamente, 511 hombres y 491 mujeres; con
estudios secundarios y que dedica a la institución siete
horas semanales aproximadamente, con un tiempo medio de
permanencia en la misma de seis años.
El voluntariado, la acción social, tampoco entiende de
edades, sexos ni religiones. Por eso, en la Asociación
Española Contra el Cáncer (aecc), por ejemplo, la mayoría
son “mujeres con una media de 40 años y que participan en
las áreas de prevención, acompañamiento y ayuda a domicilio,
obtención de recursos y, en breve, en el hospital”,
aclaraban desde la aecc.
Otra de las entidades que para cuidar a sus mayores y a las
muchas personas con discapacidad a las que dan hogar
necesitan voluntarios son los Hermanos Franciscanos de Cruz
Blanca, que agradecen contar con más 40 ceutíes solidarios.
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