Hablar del huevo Kinder es hablar
de ir a comprar un capricho, una simple chuchería para un
nene y que éste encuentre, dentro, una verdadera sorpresa,
al menos sorpresa para él.
Generalmente, y todo hay que decirlo, la sorpresa en
cuestión, que los chiquillos encuentran, en ese huevo, no
vale nada, pero es un estímulo para el chiquillo, por
encontrar allí “algo”, que él no tenía.
Esta alegría, parece que no se les presenta a quines
trabajan en el nuevo polideportivo, porque, a pesar de lo
que ha costado, en tiempo y en dinero, llegar a concluirlo
y, ahora mismo, con pocos meses de uso, pocas son las
semanas en las que no aparecen en él, si es que no una, sí
dos o tres sorpresas de verdad.
Problemas hubo, en la piscina, cuando un ordenador no
funcionaba, o no funcionó, en un momento dado, y para
solucionar dicho problema, para que la piscina volviera, que
volvió, a funcionar hubo que pedir o hubo que buscar las
piezas, a la península. Naturalmente, tras ese “breve”
paréntesis, la piscina funciona, mejor fuera.
Esa fue, en su día, una de las sorpresas, las demás han ido
o van apareciendo, según cuando y según como. Es una
instalación nueva, y no de las hechas para rellenar.
Son los problemas y también las sorpresas que pueden traer
estas obras grandes, no digo faraónicas, pero que tratan de
sobresalir y sobresalen cuando se inauguran, luego ...,
según y como.
Pero como en “esa casa” trabaja más de una persona y no
todas son muy optimistas, hace un par de semanas oíamos a
una de las personas que trabajan ahí, durante la semana, que
decía, en el fin de semana:” Lo que más temo es no saber qué
sorpresa me voy a encontrar, cuando llegue el lunes al
polideportivo”.
Era una especie de aviso que nos hizo buscar por otros
caminos ¿Qué pasa?, lo fuimos buscando y desde dentro, como
no podía ser de otra forma, nos decían lo que había y que
nos daba hasta el título de la columna de hoy:”Allí hay más
sorpresas que en los huevos Kinder”.
Aquí está la explicación de nuestro titular de hoy, un
titular llamativo y que a mí no me agradaría haberlo tenido
que sacar, pero que unas instalaciones que han costado todo
lo imaginable o no imaginable, no se hayan terminado de
forma que estuvieran intocables para muchos meses es
lamentable, aunque eso ya no sería una sorpresa, más bien
creo que sería un milagro, y no es esta la tierra en la que
se den, a diario, los milagros.
Con todo, si los comentarios desfavorables sirven para
mejorar y para que ningún lunes, a partir de ahora, haya
sorpresas, bien venido sea. Con eso ya nos podríamos
conformar, como nos conformaríamos que cuando se juega un
encuentro de fútbol sala, especialmente con el primer equipo
de esta modalidad deportiva, de nuestra ciudad, hubiera la
misma calidad en la pista que hasta hace poco tiempo, cuando
se jugaba allí, había en esas instalaciones, que parece que
ya no sirven, como es el Polideportivo López Díaz-Flor, por
ejemplo.
Una vez más, ha vuelto a salir esta instalación, aunque haya
sido de rebote, pero sin nada en particular que haya
desentonado en los últimos días.
Y es que , en los últimos días, y más atrás también, hay que
hablar de las instalaciones de Santa Amelia, donde hay
quejas de que no debe haber “escobas” y “elementos de
limpieza”, para que aquello esté en perfectas condiciones
para que se puedan practicar las competiciones que allí se
hayan programado. No hay más.
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