Me planteo la cuestión a raíz de
enterarme de la constitución de “Plataformas de vecinos por
el derecho al descanso”, inmediatamente anteriores fueron
las “Plataformas de hosteleros contra la ley antitabaco” y
al tiempo las “Plataformas de fabricantes de estufas para
exterior contra la subida de impuestos y gravámenes”.
El caso es “constituirse en algo” para hacer valer los
derechos y mientras tanto, delincuentes organizados
extranjeros están robando todo el cobre de España para
enviarlo a China por toneladas, porque el cobre cotiza más
que el oro y mientras tanto, también, delincuentes
presumiblemente imporqutados, porque los españoles tenemos
otros instintos, asaltan los cementerios para robar todos
los objetos de hierro, cruces, candelabros, palmatorias,
incluso las inscripciones de las lápidas. Una auténtica
profanación con la consiguiente indignación popular y la
mantenida pasividad gubernamental que no acaba de atinar con
la política migratoria y parece incapaz de repatriar
automáticamente a los delincuentes extranjeros, que es lo
que hacen en toda Europa. Inseguridad ciudadana absoluta. La
Policía y la Guardia Civil con sueldos de mierda y escasos
de material, la mitad de los Juzgados de España en
condiciones calamitosas, el personal de Justicia míseramente
remunerado y, no solo eso sino que...
Pues que “la noticia” televisiva no asume los tintes lógicos
de denunciar situaciones envenenadas, sino que ocupan tiempo
de emisión con la creación de “las plataformas” como si eso
tuviera la mínima relevancia. Pero, como en España hay más
tontos que ventanas, las televisiones se ocupan y se
preocupan por informar minuciosamente del rechazo vecinal a
las terrazas de los bares, muy concurridas al día de hoy por
los fumadores que, ateridos, o malamente calentados por las
estufas de gas, ocupan su merecido ocio en la copa y el
cigarro. ¿Comorrrr...? Dicen los críticos imitando el grito
de guerra de Chiquito de la Calzada ¡Beber en la calle
infringe las normas antibotellón! Sí, lo que faltaba, el
botellón es el botellón, con muchachada, plástico, cascos de
botellas y meadas y en las terracitas españolas “de toda la
vida” ni hay bolsas de plástico, ni botellas por los suelos,
ni el personal vomita entre las mesas ni se mean en las
estufas. ¿O es que van a prohibir “también” las terrazas de
los bares? Aumenta el paro en ciento y pico mil criaturas y
los socialistas de sacan de la manga alguna prohibición o
alguna nueva norma represiva, para que todos comencemos a
criticar, a polemizar, a repetir cuanto les odiamos, a
rabiar y en medio del caos de opiniones olvidemos que ciento
y pico mil familias más, de españoles que madrugan, pasan a
engrosar el río más largo de España que es la cola del INEM.
Pero los vecinos se quejan porque, sentados en las mesas
exteriores, los contertulios hablan, natural que hablen. Y
fuman. Y como fumen pueden contaminar. Entonces vamos y
sacamos una foto de Madrid tomada desde la autovía de la
Mancha, pasado Aranjuez y se ve una nube marrón, tóxica,
horrorosa, de contaminación ambiental formada por los gases
apestosos de millones de coches. ¿No iban a introducir los
coches eléctricos como en Israel? Pues no, que eso da mucho
trabajo y se les fatigan las neuronas a los mandamases,
mejor prohibir el cigarro intoxicador y encima subir el
tabaco al doble para ellos chuparse los dineros del daño que
le hacemos a nuestros pulmones. Y ahora las plataformas
comparan las terrazas de toda la vida con los botellones y
dicen que también hay que quitar las terrazas. O si están
las terrazas que la gente esté callada.
Al igual que en la puerta de los bares de copas donde el
público sale a fumar y también hablan. ¡Hay que ver la manía
de hablar que tenemos los españoles! No nos callamos ni
debajo del agua.Los vecinos no quiere que la gente hable en
las puertas de los bares de copas y tampoco quieren que
fumen, porque ensucian las aceras. Entonces los de los bares
ponen ceniceros públicos en las puertas y la primera
madrugada, llegan los extranjeros de la chatarra y se llevan
los ceniceros, las rejas de las ventanas y todo el cobre de
la calle que, casualmente, va dentro del cableado de la luz
y entonces se quedan los vecinos a oscuras. ¿Y por qué? Pues
porque la gente tiene muy poca vergüenza, sale a hablar y a
fumar a las calles, los hosteleros ponen ceniceros, los
chatarreros se enteran y se sienten atraídos y el personal
acaba a oscuras. ¿Y quien es la culpable? La ley antitabaco
y el Estado Policial que padecemos.
¿Y por qué padecemos silenciosos y asustados un Estado
represivo? Pues por eso, porque en España hay más tontos que
ventanas.
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