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sociedad - DOMINGO, 6 DE FEBRERO DE 2011


grupo de alumnos de un taller. reduan.

reportaje / FORMACIÓN PARA LA INSERCIÓN LABORAL
 

El horizonte del empleo

Comienza la segunda fase de la rehabilitación de ‘La Sirena’ de Punta Almina gracias al taller de empleo en el que trabajan 28 parados que aprenden albañilería, carpintería y electricidad
 

CEUTA
Luis Santiago

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La inmensidad del azul del mar rodea las escarpaduras del Monte Hacho y la línea del horizonte se aleja suavemente permitiendo ver entre la bruma las cumbres nevadas de la Sierra de las Nieves, en Málaga. Punta Almina, el extremo este de la península ceutí, permanece varada al borde de dos mares como testigo muda de otras épocas. Allí en un saliente aislado de la montaña se levanta el edificio conocido por los caballas como ‘La Sirena’ que nació en 1913, aunque la I Guerra Mundial demoró su puesta en marcha para reforzar con señales acústicas el sistema de aviso a los navegantes del Faro de Cerro Mosquero, que funcionaba ya desde mitad de siglo XIX.

Las frecuentes nieblas que se forman en el estrecho de Gibraltar suponían un peligro para los barcos que transitaban cerca de la solitaria costa ceutí, por lo que se construyó esta sirena. Las peculiares señales acústicas que emitía, similar a los mugidos de un animal, le valió el sobrenombre de ‘la vaca’.

El edificio fue abandonado en el año 1980, tras la instalación en el cercano faro de un moderno sistema de sonido y quedó en silencio hasta el año 2008. Desde entonces, un convenio entre el Servicio Público Estatal de Empleo (SPEE), la Delegación del Gobierno y la Fundación Forja XXI está haciendo posible su renacimiento. El inmueble ha sido sometido desde entonces a una rehabilitación integral con un objetivo doble, incorporarlo a la ruta de los fuertes de Ceuta y cederlo a una asociación conservacionista para que lo dedique a la observación de aves. Ya hace un par de años, la Sociedad Española de Ornitología (SEO) aportó la idea de convertir ‘La Sirena’ en un centro de avistamiento de aves marinas, rapaces y cetáceos.

Diego Martínez Arguello, director del taller de empleo ‘La Sirena de Punta Almina’, fruto del convenio citado, explica los trabajos que se realizan a cargo de desempleados. “La remodelación abarca dos años en dos talleres consecutivos de albañilería, carpintería y electricidad. Entre diciembre de 2009 y diciembre de 2010 se recuperó la fachada del edificio cuidando mantener el volumen original de los muros que son de 80 centímetros en la base y 60 en altura. Se ha colocado una estructura nervometálica nueva en el interior, losa de cimentación y forjado. En el segundo taller, que hemos empezado en diciembre, se están haciendo los trabajos de albañilería para la partición interior de los espacios y se instalará el sistema eléctrico y las puertas y ventanas”.

Estas últimas las están haciendo los participantes en el taller en un almacén del antiguo Mercado de Abastos. Los alumnos han elaborado las 16 ventanas con sus premarcos, todas de grandes dimensiones, que serán colocadas en el edificio.

Francisco Marruecos, monitor de carpintería explica que a los alumnos se les enseña unos conocimientos completos sobre la madera. “Aprenden formación de medidas, dibujo técnico, toma de datos, ebanistería, carpintería de montaje y lacado”.

Loli Torres, de 35 años, una de las participantes en el taller, es testigo de que cualquier parado puede aprender a trabajar la carpintería. “Mi formación es la de integradora social, pero estaba en paro y preparando unas oposiciones. Me enteré de estoy me apunté. Me está resultando interesante y útil. Ya he hecho varios arreglillos en mi casa”, explica.

La empresa Dragados ha consolidado la cubierta y ha instalado una fosa séptica en el viejo edificio de 320 metros cuadrados. Ahora en su interior diáfano trabajan los alumnos de albañilería. Arturo Fuentes, de Forja XXI, detalla hasta que punto se quiere aprovechar el espacio de cara al uso cultural, medioambiental y turístico. “Habrá una recepción, biblioteca, almacén área de trabajo, servicios y área de usos múltiples para actos y exposiciones”.

Mohamed Larbi, peón de la construcción en paro, y Conchi, que trabajaba antes de recepcionista en una asociación, colocan ladrillos y llevan los materiales de un lado a otro. A su lado, Saba, que ya trabajó hace unos años en otra escuela taller en El Príncipe, dibuja su futuro con muchas ganas. “A mí me encanta trabajar de escayolista y encofradora, me gustaría tener un contrato indefinido, pero muchas empresas solamente llaman a los hombres”.
 


El círculo de la formación, las prácticas y el empleo para la inserción laboral

Los 28 alumnos del taller de empleo, todos parados de más de 25 años, hicieron cursos de FPO u otros ciclos formativos antes de incorporarse al proyecto de Punta Almina en diciembre pasado.

Ahora los electricistas adquieren conocimientos teóricos y prácticos de montajes eléctricos, los carpinteros elaboran puertas y ventanas y los albañiles realizan tareas como replantear tabiques y colocar aislantes térmicos. La formación se completa con módulos de educación medioambiental, prevención de riesgos laborales, igualdad de género, informática y alfabetización compensatoria.

El objetivo es la inserción laboral. Nueve alumnos del taller de empleo anterior han conseguido ya un puesto de trabajo como carpinteros (4), albañiles (3) y electricistas (2).
 

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