Los gobiernos de Ceuta y Melilla
suscribieron ayer un documento en el que se recogen 12
medidas que buscan “un impulso” a la actividad productiva y
el empleo para las dos ciudades autónomas. Puede decirse que
prácticamente todas las propuestas apuntan al ámbito
económico, como no podría ser de otra manera, y se deslizan
claramente hacia una reforma del Régimen Económico y Fiscal
(REF). No obstante ambos gobiernos también quieren reclamar
la atención del Ejecutivo central en materia educativa con
un “plan especial” que trate de frenar los índices de
abandono y fracaso escolar que padecen las dos ciudades.
Los ejecutivos que lideran Vivas e Imbroda trabajan sobre
dos pilares estructurales de la sociedad, Economía y
Educación, y así debe ser porque ambos campos de gestión
política son complementarios: No hay economía sostenible si
no hay una formación sólida, estructurada y competitiva que
garantice que nuestros jóvenes de hoy dispondrán de un
potencial formativo capaz de competir en igualdad de
condiciones con los cada vez más exigentes mercados de
trabajo.
La reunión o “cumbre” de Melilla de este mes también apunta
con exactitud al foco del problema o de las soluciones. En
materia de Fiscalidad se buscan propuestas que mejoren
“sustancialmente” las deducciones y bonificaciones al IRPF y
al Impuesto de Sociedades. En materia de Unión Aduanera
dejan la puerta abierta para una mesa de trabajo conjunta
que busque la posible integración de las dos ciudades en la
Unión Aduanera. Vinculado a lo anterior se busca en Bruselas
un “tratamiento específico” a tener en cuenta en el reparto
de fondos. También se hace referencia al puerto y al
transporte. Está claro que ambas ciudades desean que sus
infraestructuras portuarias sean “motores económicos” y, sin
ninguna duda, se espera la bajada del precio del transporte.
Vivas e Imbroda mantienen la “ilusión y la confianza” en que
todo ello llegue a buen puerto y para ello, una acción
política conjunta es deseable y necesaria.
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