¿No dice la Constitución que todos los españoles tienen
derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada?”,
protesta Juan Sierra Domínguez. Este hombre se quedó en
silla de ruedas tras sufrir un aneurisma hace tres años.
Desde entonces, lleva solicitándole al gobierno una vivienda
adaptada a sus necesidades físicas, ya que reside en un piso
situado en una quinta planta sin ascensor, en Manzanera.
Indiana Jones, Braveheart, Asalto al distrito 13..., Juan
Sierra Domínguez tiene la mesa del salón repleta de
películas de acción. Le gusta mucho el cine. Pero también le
encantaba salir y hacer reir a los demás. Era animador hasta
que sufrió un aneurisma (la dilatación de un vaso sanguíneo)
en la aorta, fomentado por subidas de tensión, que le postró
en una silla de ruedas hace tres años.
“La vida te puede cambiar de un día para otro”, sostiene
Juan, “pero siempre es preferible tomártelo del mejor modo”.
Al año y medio, uno de sus hijos, de 28 años, falleció tras
sufrir una parada cardíaca.
Juan, de 53 años, y su mujer, ama de casa, viven en la
barriada de Manzanera, en una quinta planta sin ascensor, en
un piso pequeñito y de pasillos estrechos por los que es
casi imposible trasladar la silla de ruedas. Una auxiliar
hace con él rehabilitación dos días a la semana. Los lunes,
el personal de la Cruz roja le acompaña a dar un paseo. El
resto de la semana está atrapado en su propia casa. Si la
necesidad apremia, “contrata” a un par de chavales
procedentes de Marruecos para que le bajen por la escalera.
Como no disponen del conocimiento adecuado en acompañamiento
de pacientes, le hacen daño al bajar, explica Juan: “Ellos
me cogen lo mejor que pueden, pero me hacen polvo la
espalda”.
Estos son los motivos por los que Juan solicita una vivienda
adaptada a sus necesidades. “Llevo tres años pidiendo que me
den una casa, a cambio de entregar la mía. Hice la premuta,
pero me dijeron que hacía falta un préstamo y los bancos no
me conceden créditos. Y sigo esperando una solución”,
agrega.
Fue entonces cuando decidió hablar directamente con el
presidente de la Ciudad, Juan Vivas. “Me ha dicho que me va
a ayudar, que le llamase hoy”, explicaba ayer Juan. Pero en
la Presidencia, nadie le cogió el teléfono en toda la
mañana.
|