Francisco Márquez y el resto de parlamentarios de Ceuta y
Melilla hicieron lo que tenían que hacer. Se presentaron en
el Banco de España, en el día y hora fijados, para defender,
como si fueran uno solo, la pervivencia de una institución
nacional en nuestras ciudades.
Todos los que hemos mantenido esta postura éramos sabedores
de las dificultades que nos íbamos a encontrar, pero incluso
así había que ir. Independientemente de las acciones
parlamentarias que se puedan llevar a cabo en los próximos
meses, esta actuación conjunta de Ceuta y Melilla debería
marcar una pauta para el futuro.
La apuesta, el tirón hacia delante y la comprensión de que
tenemos una realidad diferente al resto de España por ser
frontera con Marruecos no dejan lugar al desánimo. No hemos
perdido nada, simplemente somos conscientes de que se ha
tomado una decisión que con el Partido Popular en el
Gobierno no habría sucedido. Que se pueda o no modificar ya
no es importante, la importancia debe estar en que esta
reunión en Cibeles sea un antes y un después en el
desarrollo de Ceuta y Melilla. Ha sido más importante para
nosotros mismos que para el Banco de España.
Dejemos atrás el pasado –que fue el lunes- y trabajemos
juntos en la constitución de la plataforma norteafricana.
Ceuta y Melilla deben hacer un esfuerzo propagandístico
hacia el resto de España y Europa con el único propósito de
que nos conozcan.
Empecemos a trabajar desde hoy, aunque la vía parlamentaria
tuviera éxito, en la constitución de un organismo
económico-financiero con dos cabezas (en Ceuta y Melilla)
que pueda albergar todo lo que decíamos podía hacer el Banco
de España y lo que podamos hacer nosotros. Si se llega a
cerrar, buscaremos entre las cenizas, como si del ave fénix
se tratara, para ver qué podemos salvar y usar en beneficio
de nuestras ciudades.
Si desde hoy y hasta las próximas elecciones generales no
cambia el clamor actual tendremos al Partido Popular en el
Gobierno de la nación, por eso y hasta entonces resistamos
embates como el de estos días, nos harán más fuertes ante el
resto de España y ante nuestros vecinos.
La próxima visita a Melilla es el punto de inflexión
necesario para aunar posturas en los ámbitos político,
económico-financiero o turístico, todo lo que avancemos
ahora lo tendremos de adelanto en el inicio de la nueva
legislatura.
Sigamos trabajando.
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