La frase de Rajoy de que cuando
llegue la gobierno va a acabar con los privilegios de sus
señorías, no ha sentado muy bien no sólo a sus oponentes
sino a algunas de las señorías pertenecientes a su partido
que en voz baja, cómo es habitual en estos caso, critican la
frase pronunciada por su líder. Y es que eso de tocarle el
bolsillo, a sus señorías, no está bien visto por los mismos.
Que ya lo dijo aquel “la caridad bien entendida empieza por
uno mismo”.
Tal es así que en debate, que cada semana se abre en una
cadena de televisión, gira sobre este asunto. En el mismo
interviene como invitados a la mesa del debate, para no
variar los mismos de siempre. Algunos de ellos diciendo las
mismas chorradas a la que nos tienen acostumbrados, cada vez
que les toca intervenir.
El que dice ser profesor de macroeconomía, cosa que no
dudamos, niega que existan privilegios a sus señorías, que
según sus palabras ganan menos que en otros países europeos,
poniendo como ejemplo a los que ganan los diputados
alemanes.
Se olvida su señoría de decir lo que ganan los obreros
alemanes o la cuantía de las pensione que les quedan a los
jubilados alemanes que incluso les permiten, esas
jubilaciones comprarse una casa en Mallorca.
El obrero señoría, con el debido respeto, tiene por
obligación que ponerse a trabajar desde muy temprana edad y
no, precisamente, porque le guste tener que currar, sino
porque esa es la forma de ganarse la vida, teniendo que
estar hasta los sesenta y cinco años, ahora hasta los
sesenta y siete, y teniendo que tener una vida laboral al
menos de treinta cinco años para que le quede el cien por
cien de su jubilación.
En los momentos actuales y con la nueva ley de las
pensiones, tiene que cotizar durante treinta y ocho años y
medio para poder obtener esa cantidad del cien por cien.
Cosa bastante improbable que consiga nuestra juventud.
Por lo contrario sus señorías le basta cotizar durante siete
años para obtener el ochenta por ciento y once años para que
le quede de pensión el cien por cien. ¿No es eso un
privilegio del gozan sus señorías con respecto al resto de
los españoles?. ¿Y por qué han de tener ese privilegio?.
Los currantes, los que hemos echado más hora que un reloj,
no teníamos mas remedio que trabajar si queríamos poder
comer cada día y formar una familia.
A sus señorías, por supuesto, nadie les han puesto una
pistola en el pecho para que se dediquen a la política. Si
se han dedicado a ella es porque así lo han querido, bien
porque les guste ser políticos o bien porque es una manera
de asegurarse las habichuelas, al menos durante cuatro años.
Esa es la diferencia entre un currante y una señoría, que
mientras el currante por obligación ha tenido que trabajar
para poder comer, el que se mete a político no hay ninguna
obligación que le lleve a serlo. Y, por tanto, ya va siendo
hora de que se le acaben los privilegios que gozan, sobre
todo en cuanto a las pensiones, con el resto de los
españoles. ¿O no?
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