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OPINIÓN - DOMINGO, 30 DE ENERO DE 2011

 
OPINIÓN / Análisis político

“Para ser felices hay que tener mala memoria”

Por  Nuria de Madariaga


El prestigioso psiquiatra andaluz Luis Rojas Marcos, Director General de Salud Mental de Nueva York, que superó su bautismo de fuego atendiendo de manera inmediata y sobre el terreno a las víctimas del 11S, dice en unos de sus libros que “Para ser felices hay que tener mala memoria”. Y es cierto. No se puede sobrevivir rememorando momentos desgraciados a circunstancias especialmente adversas. Porque el ser humano se intoxica.

Pero “tampoco” se trata de tener una “excesiva” mala memoria, sobre todo en el devenir político y en la actividad pública, porque, al olvidadizo, se le refrescan los recuerdos a fuerza de tirar de las hemerotecas. Como es en este caso en el que, los investigadores del papeleo añoso, han rescatado, por arte de birbiloque y porque el Universo pone a cada cual en su sitio por mor de sus altísimos designios, han rescatado, repito, páginas de un diario de 1989. Diario entonces cañero con los Gobernantes y que lanzaba sus fulminaciones en tono justiciero. Sorpresas que depara la Historia.

Hoy por hoy, el mismo diario va en plan “filosofía del tío Raimundo” que consiste en “tratar de quedar bien con todo el mundo” y siguiendo la estrategia del célebre tío Ramón, “famoso por su indefinición”. De hecho y refiriéndome al lider y factotum de la Coalición Caballas, sr. Aróstegui, allá por 1989, estando precisamente al frente de las labores locales de Hacienda, tuvo que recibir y encajar como pudo los virulentos embates de aquel diario. Aquí lo tengo, fechado el 1 de septiembre de 1989, un titular en atractivos caracteres de imprenta que reza así : “Los concejales del equipo de Gobierno se divirtieron en feria. (Y en números con el triple del tamaño) 7. 424.460 pesetas (vuelve a la letra normal) se gastaron en comidas y copas”

Las hemerotecas demuestran que, en el día de ayer, participando activamente el hoy crítico Aróstegui presidente de Caballas, en el Gobierno de la ciudad, él mismo y su peña se gastaron siete millones y medio de las antiguas pesetas en “comidas y copas” que ya es mucho comer y mucho copear, reventarían las criaturas, les daría algo, ¿Dónde meterían tanto banquete y tanta libación? ¿Se llevarían las viandas para sus casas?. Pero no es eso todo, porque, para mi consternación ciudadana y gastronómica, tengo fotocopia de las facturas publicadas por aquel entonces. La página del diario iba encabezada por un amargo “El Ayuntamiento rebasó en más de 32 millones de pesetas el presupuesto de la Feria 89”. Aparece una factura de “Gastos de Pabellón Municipal” de 475.510 pesetas y otra que es la “Relación de gastos que presenta el concesionario del “Ambigú” de la caseta popular y pabellón municipal durante los días de feria 89 (del 29-7 al 6-8)” el importe asciende a 7.424.460 ptas.

El entrecomillado de “ambigú” es de esta analista que se ha encontrado con la sorpresa, en el año 1989, de ver rescatado un término de los años sesenta, pero lo cierto es que, el concesionario del “ambigú” de las narices parece que hizo su agosto, precisamente en agosto. Y los usuarios acabarían sin lugar a dudas ahítos, empachados y saturados. Entre ellos el propio Aróstegui, sañudamente atacado por el diario por aquel entonces y al que hoy, ese mismo diario, ofrece semanalmente un espacio para que, a su vez, ataque con saña a los actuales Gobernantes a quienes, a su vez, el diario defiende tibiamente y da algo de jarilla. Y todo ello en base al pluralismo y al respeto hacia todas las ideas, supongo que ellos suponen. Pero suponen mal. Porque no es ético ni estético, ofrecer una plataforma a alguien para que, desde allí ejerza libremente, un tipo de libertad de expresión con claras posibilidades de acabar en los juzgados, porque pudiere sobrepasar ampliamente los límites que tanto la prudencia como el propio Código Penal, han fijado para el ejercicio de las libertades.

Aróstegui, alma mater de Caballas, acusa al Gobierno de despilfarro y no vacila a la hora de criticar alevosamente los gastos municipales. Gastos que no son de 45.000 euros en comidas y copas festivas a lo largo del sano esparcimiento que conlleva la feria, sino que aborrece el hecho de que, la gestión de la ciudad, requiera, como todas las ciudades, un equipo humano ocupado por cargos de responsabilidad, con el objetivo último de conseguir un óptimo funcionamiento de la cosa pública. Un fallo : él no forma parte de ese equipo. Si formara parte del equipo, como en 1989, los millones en copas, paellas y langostinos estarían justificados porque, no solo de pan y circo vive el hombre y los consejeros y demás necesitan nutrirse para poder llevar a cabo sus funciones con un óptimo rendimiento neurológico y físico.

Lógico que en 1989 los del diario único denunciaran los millones en “copas” eso fue porque aún se ignoraba, a nivel nutrición saludable, que el vino contiene resveratrol, un potente antioxidante recomendado especialmente para la longevidad cerebral de los políticos. Y el marisco aporta fósforo y si comieron sardinas se enriquecieron en Omega 3, un aceite esencial que potencia la memoria. Aunque en este caso no la ha potenciado en Aróstegui, el ex consejero, que olvida banquetes tipo Gargantúa y Pantagruel en sus épocas gloriosas (gloriosas para él que no para Ceuta) y abomina en sus épocas de vacas flacas (nadie votará a Caballas, votarán a Carracao que hace mejores ofertas y tiene el respaldo de Madrid) despotrica, se revuelve y lanza rencorosas abominaciones con más espectacularidad que acierto, contra “cualquier” iniciativa, actividad, propuesta, gestión o logro, del Gobierno favorito de Sigma 2. Y añado que, el Gobierno presidido por Vivas no se ha gastado con los de Sigma 2, en comilonas y copichuelas festivas, ni un euro. Por más que le duela al del “ambigú”. Es decir, que las encuestas no van de sobornos a base de paellas y gambas a la plancha.

Cierto es que Aróstegui tiene ya una edad y ofrece muestras evidentes de que le falla la memoria, es decir, que puede presentar un cuadro de fracaso de la acetilcolina.

¿Y por qué descienden los niveles de acetilcolina a nivel neuronal? Pues porque, esta hormona de la memoria es atacada por una producción excesiva de cortisol, que es la hormona segregada en momentos de estrés, producción positiva en momentos de alerta, pero nefasta si se mantiene en el tiempo. Y sospecho, en base a mis modestos conocimientos de neuroendocrinología, que Aróstegui vive estresado, primero por su mala memoria, segundo por pensar que la gente “se acuerde”, tercero por el pésimo resultado que da su coalición en las encuestas y cuarto porque tiene que mantener el liderazgo exclusivo en una coalición en la que existe otra cabeza y para ello no desaprovecha ocasión alguna para hablar y exponer sus creencias y habla tanto y deja tan poco espacio al otro pobre coaligado que se estresa doblemente.

Pero la pregunta queda en el aire y las facturas en la mesa ¿Qué se puede comer y beber para gastarse siete millones y medio de las antiguas pesetas? Y no fue en FITUR dando publicitando la ciudad, ni en Bruselas, partiéndose el culo por Ceuta, sino en la feria del 89 y al grito de “¡Que no nos falte de ná!”.
 

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